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🎊Bienvenidos al primer capítulo del segundo libro de CAZANDO A KITTY GANG. 🎊

REGLA 1: Voten en todos los capítulos para saber si les va gustando la historia.

REGLA 2: El único spoiler que les puedo dar es que acabará bonito (o al menos lo que se pueda considerar bonito si ponemos sus complicadas vidas como condicionante), así que no les diré ninguna otra pista.

REGLA 3: Disfruten

En las oficinas de la Policía Secreta, la situación no iba tan mal como llegó a parecer en su momento. Puede que hubiesen perdido a Kitty, pero habían logrado capturar a uno de sus aliados: Goddess Jihyo. Ella era una Omega coneja, hermana del difunto Killer Bunny y líder de una mafia enfocada en el desarrollo de drogas especializadas y, recientemente, de armas.

—¡¡¡Ahhhhhh!!! ¡¡¡Duele, mierda!!! ¡¡¡Ahhhhh!!! ¡¡¡Basta!!! —gritó la Omega pelirroja— ¡¡¡Basta!!!

—Ni siquiera te hemos tocado —espetó J Hope con un gesto descompuesto.

—Lo sé, solo practicaba. —Sonrió. —No puedo esperar a que inicien con sus tonterías. —Rio. —De cualquier forma no les diré nada.

—Tendrás que colaborar de una forma u otra —le contestó mientras anotaban algunas cosas en su iPad—, o no durarás mucho tiempo por aquí.

En ese momento, la puerta de la Sala de Interrogaciones se abrió, dejando ver a un Alfa lobo. Lucía serio y poseía un porte inquebrantable; sin embargo, las sombras moráceas bajo sus ojos delataban una historia totalmente diferente.

—Déjala, Hope. Yo me encargo.

—En seguida, jefe. —Se despidió con una reverencia y salió del lugar.

Agust caminó en círculos, analizando a la Omega que se encontraba esposada y encadenada. Le daba repugnancia, sin duda, pero no porque ella fuese una criminal, sino por lo inhumano de su situación. Si bien antes hubiese ignorado ese hecho, ahora no podía, no cuando Kitty le había gritado sus verdades en la cara.

—Vaya, vaya... —cantó Jihyo— El pequeño traidor hace acto de presencia.

—Nunca traicioné a nadie —mintió—. Yo juré por mi nación y la Policía. No le debía nada a nadie más.

—Blah, blah, blah... ¡Tonterías! —Volvió a reír. —De cualquier forma no podrán contra Kitty. Mátenme si quieren, pero a él no le podrán tocar ni un pelo.

—Piensa lo que quieras —susurró Agust—, pero todo podría voltearse cuando menos te lo esperes.

—¿Qué quieres decir?

—¡Pueden comenzar! —exclamó el lobo, ignorando su pregunta.

—¡¡¡Responde, cobarde!!!

—Un gusto hablar contigo.

Entonces, salió de la habitación, permitiendo que otros agentes ingresasen. El momento había llegado, no tendrían piedad con Jihyo. Sin embargo, la mantendrían con vida, pues era lo mejor que tenían para continuar con el caso Kitty. No podían regresar el tiempo y evitar la partida de ese helicóptero, así que no les quedaba de otra.

—La manejaste bien, Agust —comentó X—. Si sigues así para cuando me jubile, tomarás mi lugar.

—Gracias, superior. —Hizo una corta reverencia. —No lo decepcionaré.

—Oh, nunca lo has hecho. Siempre he admirado tu inteligencia y sentido del deber; en especial, durante la operación EGK. —Sonrió. —Lo mejor fue proteger a los civiles. Si no hubieras detenido todo, tendríamos a los medios sobre nosotros, y eso nunca es conveniente.

El Alfa no pudo evitar inflar su pecho, aunque su razón para frenar la operación no hubiese sido esa. Él sabía y aceptaba que lo había hecho por Kitty, por su Omega, el amor de su vida, el causante de sus desvelos y borracheras. Lo extrañaba tanto, y tan solo llevaba una semana sin su cercanía.

Su lobo suplicaba volver a verlo, le gritaba que lo buscaran, pero no era tan sencillo. Recientemente lo habían ascendido, tenía demasiadas responsabilidades, así que lo único que le quedaba era lamentarse. Así, iba cada noche al bar que se encontraba a un par de calles de su nuevo departamento. Se sentaba en la barra y pedía vodka, del más fuerte, y, la mayoría de las veces, uno ruso.

Tomaba hasta perder la consciencia o hasta que lo echaran del lugar por la hora. Pero no tomaba para olvidar, sino para recordar. Quería sentir ese amargo líquido para revivir en su mente cada beso, cada caricia, cada noche. Quería tenerlo nuevamente a su lado.

—Sin embargo, todos hemos notado la tristeza de tu lobo —le dijo X—. ¡Y es normal! No lo mal entiendas —aclaró—. Es obvio que está atravesando una leve depresión luego de perder a su destinado, por eso, he decidido darte unas vacaciones.

La noticia lo sorprendió un poco. Nunca esperó que lo libraran de sus deberes, especialmente cuando estaban tan cerca de obtener respuestas. Además, los agentes estaban obligados a seguir siempre hasta el último aliento, así que la propuesta era tan inusual como ver cerdos volando.

—¿Está hablando en serio? —preguntó aún sin creérselo.

—¡Por supuesto! Eres uno de los mejores y has trabajado muy duro, mereces un descanso —le confirmó—. ¡Tómate un mes! Viaja, conoce Omegas, disfruta, te lo mereces.

—Yo... no sé qué decir...

—No digas nada —le dijo con confianza—, pero prométeme algo.

—¿Qué cosa?

—Te olvidarás para siempre de Kitty Gang.

Oh, no, y eso Agust lo lamentaba demasiado. Él nunca se olvidaría de Kitty. Además, ahora que estaba libre, se encargaría de recuperarlo. Y nunca más lo dejaría ir.

• CAZANDO A KITTY GANG: el final • [Dki/Yoonmin]Where stories live. Discover now