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Antes de que lean el capítulo, solo les pido un minuto de silencio por las vidas perdidas en Colombia. Ojalá esas personas nunca sean olvidadas.

Kitty no acababa de entender el porqué de su repentina sensibilidad, pero no le importaba. Él había aceptado divorciarse, darle un poco de reconocimiento a su destinado, lo cual estaba bien. De hecho, su problema no era con los Alfas, sino con cierto tipo de ellos. Odiaba a los que se creían superiores, quienes menospreciaban a las otras castas y exigían mantener sus posiciones privilegiadas a costa del resto. Sin embargo, el final de la venganza que apoyaba volvería a los Omegas en lo mismo que sus enemigos.

—Kitty, estás temblando —le susurró Agust.

—Solo sigue abrazándome —le pidió—, no me sueltes.

Hubo un tiempo en el que creyó ciegamente en su objetivo, en el que disfrutó ver a los Alfas embobados por su aroma, esa habilidad tan conveniente que le entregó el fuego. ¿Por qué ya no sentía lo mismo? O sea, había seguido los pasos al pie de la letra. ¡Estaba vengándose por él y por todos los años de injusticias que muchos preferían olvidar! ¡Estaba cumpliendo un deseo superior a él pero tan propio!

—Kitty...

—Estoy bien —respondió con calma, alejándose un poco de Agust para secar sus lágrimas.

—¿Estás seguro? Si quieres, podemos regresar.

—Sí, estoy bien. —Se obligó a sonreír. —Dame unos minutos para arreglar mi maquillaje y creo que podemos bailar un rato. —Sacó su mini equipo de maquillaje y una toallita para limpiarse. —¿Recuerdas nuestro primer baile?

—Sí —respondió al recordar todas las emociones que experimentó esa noche, no fue algo normal, pero acabó hermosamente. Sin temor a duda, si permanecía al lado de ese Omega, su vida sería así todos los días: momentos cargados de ira, instantes de tristeza, bombas de depresión, alegría repentina y dicha constante. Sin embargo, ¿valdría la pena? Era la persona a la que amaba y la llevaba a su futuro bebé, por supuesto que valía la pena, pero ¿por qué seguía pensando que había algo incorrecto?

Por otra lado, el osito polar y el león se encontraban en medio del salón. Estaban moviendo sus cuerpos al ritmo de la música, junto con algunos japoneses, quienes ya estaban pasados de copas. Muchos saltaban sin seguir el ritmo, tal vez estaban drogados, y otros se movían como nunca antes hicieron. Sin embargo, Mina continuaba sobria, observando cómo su fiesta cóctel se había transformado en una barbaridad, así que decidió irse.

—¡Pásame la botella! —gritó Killer con alegría.

—¿Por qué quieres eso en tu boca cuando me tienes a mí? —preguntó Gucci acercándose coquetamente.

—¿Ah, sí? —Sonrió el Omega. —A ver, muéstrame.

Acercaron sus rostros lentamente, enredando sus cabellos entre sus dedos, olfateando sus aromas mezclados con sudor y alcohol caro, esperando por el ansiado contacto que no llegó. ¿Qué había pasado?

Kitty había salido del balcón junto con Agust, oliendo como si estuviese súper feliz, lo cual era una gran mentira. Gucci sabía que, cuando su amigo se sentía destrozado, no podía ocultarse, así que se disfrazaba con su aroma. Entonces, le dirigió una mirada preocupada, la cual fue respondida con un gesto de "ya pasó", aunque no pudo evitar gruñir por no haberlo consolado él mismo.

—¿Todo bien? —preguntó Killer con el ceño fruncido.

—Sí, todo bien.

La situación en Tokyo iba de acuerdo al plan e incluso mejor. No obstante, lo que se vivía en Seúl era completamente diferente. J Hope no dejaba de preguntarse si confiar en Solar había sido la mejor opción. Además, notó que X había estado tenso desde su reunión con la coneja.

—¿Qué le dijiste? —exigió saber.

—La verdad —contestó la pelirroja con una sonrisa ominosa pintada en el rostro—. No entiendo por qué insistes en que te cuente. —Frunció sus labios. —Puedes rogar todo lo que quieras, pero contigo no pienso hablar.

J Hope sabía que sería difícil; sin embargo, era necesario descubrir lo que ocurría a escondidas. Al parecer, los altos mantos llamarían a Agust a la mañana siguiente para tener una reunión lo más pronto posible; asimismo, habían ordenado un cambio de posiciones en las guardias. Ahora, los nuevos se ubicarían en las entradas y salidas, pese a que no contaban con la experiencia necesaria.

—Sabes algo sobre Agust, ¿verdad? —insistió— ¿Sigue bajo el control de Kitty?

En ese momento, notó que había dado en el clavo, pues Jihyo frunció el ceño inconscientemente. Al parecer, Solar tenía razón. Tal vez, solo tal vez, su compañero, el agente más fiel y decidido, había sido corrompido.

—Touché.

• CAZANDO A KITTY GANG: el final • [Dki/Yoonmin]Where stories live. Discover now