⚰️28💥

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Ojalá les guste el capítulo. Gracias.

La brisa helada de la mañana se sentía más triste que nunca. Los pájaros no cantaban, las flores se ocultaban y las nubes grises se negaban a cederle el paso al sol. Ahí, en medio de ese depresivo escenario, se encontraba Solar, vestida con un traje negro, escuchando el discurso que Agust daba para la prensa.

—Esta mañana recordamos a un Beta que sirvió a su país hasta el último momento. Fue valiente y dio su vida para impedir que los terroristas que atacaron esa empresa inmobiliaria se salieran con la suya. Lamentablemente, no pudo vencer, aunque su esfuerzo permanecerá por siempre en nuestros corazones —mintió el lobo, cambiando por completo lo ocurrido en la tarde del día anterior.

Luego de que Killer Prince corriera en busca de Jihyo, ocurrió una devastadora explosión. En ella, todos los pisos del sótano fueron destruidos,  tan solo quedaron cenizas.

—¡¡¡No!!! —gritó Gucci al escuchar el estruendoso sonido de la bomba— ¡Vuelve! —intentó ordenarle a su Omega, pero no podía escucharlo.

Tan solo percibía un pitido en su oído, el humo asfixiante y su propio cuerpo adormecido. Killer Prince estaba en las escaleras del primer sótano, atrapado entre la destrucción y la salvación. Si quería sobrevivir, debía correr antes de que se quedara sin aire. Sin embargo, sabía que Kitty,  Agust y Jihyo seguían abajo, al igual que varios de sus aliados.

—¡¡¡Kitty!!! —gritó con todas sus fuerzas, bajando con cuidado.

No tenía idea de si lo hallaría, pero ese maldito no podía morir. Debía hacerse responsable de todas las promesas que le hizo. Debía cumplir con el deseo del príncipe al que se le negó gobernar.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó Solar al único culpable de todo su sufrimiento, al Omega que había planeado ese ataque, al hombre quien culpaba por la muerte de su pareja.

—Disfrutando el espectáculo —contestó con una sonrisa de satisfacción pintada en su rostro—. El nuevo jefe de la Policía Secreta es guapo, ¿no lo crees?

—Tú... —gruñó antes de respirar profundamente y pensar en frío— ¿Ya pensaste en lo que pasaría si le cuento a todos esos periodistas la verdad?

Oh, no. Eso Kitty no se lo podía permitir.

—¿Qué quieres a cambio de tu silencio?

El humo se había esparcido a gran velocidad por todo el sótano, al igual que las llamas que consumían el piso en el que Jihyo activó la bomba. Sin duda, su vida había terminado ni bien la explosión se realizó. Fueron milésimas de segundos, pero para la coneja fue una eternidad. Al menos, podría reunirse con su hermano en el Infierno y hacerle la muerte imposible.

—¡¡¡Agust!!! —gritó Kitty sin soltar la mano de su destinado.

Estaba aterrado, no podía respirar bien y su abdomen bajo comenzaba a punzar. No sabía qué hacer. Su corazón latía tan deprisa que el pánico lo consumía.

—Mi amor —susurró el pelinegro antes de abrazar a su Omega—, ¿te duele mucho? —preguntó al notar una mueca de dolor en su rostro.

—No sé, no sé... Quiero salir de aquí... Sácame de aquí...

Por suerte, ni bien mataron a X, huyeron hacia la salida, por lo que ahora se encontraban en las escaleras del segundo sótano. Sin embargo, el fuego parecía querer subir hacia donde estaban y varias partes del techo bloqueaban el camino.

—Voy a cargarte —le dijo Agust—. Tan solo confía en mí.

—Confío en ti.

Mientras tanto, el Omega oso continuaba su búsqueda. Estaba convencido de que no regresaría sin sus aliados. Arriesgaría su vida con tal de no perder a nadie más.

—¡¡¡Kitty!!! —gritó luego de bajar las escaleras con cuidado.

—¡¿¡Quién es!?! —contestó una voz aguda que conocía muy bien— ¡¡¡Ayuda!!!

—¡¡¡Allá voy!!! —respondió esperanzado, aunque sabía que las posibilidades de regresar a salvo eran mínimas.

Por suerte, encontró a la pareja rápidamente, de modo que los tres pudieron subir hasta la puerta que separaba el primer piso con los sótanos. Lamentablemente, estaba trancada y el oxígeno empezaba a escasear. Además, Kitty no dejaba de quejarse por el dolor en su abdomen. Si algo le llegase a pasar a su bebé, no lo soportaría.

—Quiero un millón de dólares y un vuelo para ir a Miami —pidió Solar.

—Bien —le contestó su enemigo—. Lo depositaré en tu cuenta y en un par de horas confirmaré tu vuelo. —Sonrió. —Un placer hacer negocios contigo.

Su sonrisa y su forma de hablar fueron tan frías, tan desconsideradas, que la Omega no supo qué contestarle. De cierta forma, sabía que ella misma no era una gran persona, pero Kitty era peor. Era un pequeño demonio en un cuerpo de ángel. Esperaba no volver a verlo nunca más en la vida.

—¡¡¡Gucci!!! —gritaron Killer y Kitty con desesperación, mientras Agust pensaba en qué hacer para destrabar la puerta.

Sin embargo, era imposible. Alguien debía jalarla desde afuera. Por suerte, el león había oído sus llamados. No obstante, aún existía el riesgo de que no se lograra a tiempo.

—¡Apártense! —les pidió Gucci.

Entonces, pateó con todas sus fuerzas, una y otra y otra vez, pero nada. No funcionaba. ¿Qué haría? ¡Debía sacar a su pareja, a su mejor amigo y a ese estúpido Alfa! ¡No quería perderlos! ¡Debía pensar en una solución de una vez! Debía... debía... usar el láser.

Él tenía un láser en el bolsillo. Era chiquito, pero lo suficientemente potente como para derretir los metales que sujetaban la puerta a la pared. Entonces, lo prendió en el máximo y, luego de dos minutos, logró  liberar a sus aliados.

Se sentía aliviado en cierto sentido. Había derrumbado la puerta a tiempo, pero la ausencia de su amiga pelirroja lo entristeció, al igual que a Killer y Kitty. Sin embargo, no podían volver en el tiempo y cambiar su decisión. Ella se había sacrificado y llevado a muchos a la muerte, en especial, a J Hope.

—Chicos —susurró el rubio con la voz temblorosa—, me duele...


Los últimos dos capítulos se subirán juntos.

• CAZANDO A KITTY GANG: el final • [Dki/Yoonmin]Where stories live. Discover now