Promesa

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¿Estás seguro?-preguntó Emma.

-Si.

Ray fue el primero introducir un pie dentro del tubo, estaban algo resbaladizas las escalas debido a la constante lluvia y humedad, por lo que se afirmó fuertemente y bajo en lentitud, pero con seguridad.

Llegó finalmente a la última y escala y estiró su pierna en busca de una superficie sólida, sintiendo la fría y maloliente agua, respiró profundo para tranquilizarse e introdujo su otra pierna, tembloroso por el frio. El agua le llegaba justo a nivel de las caderas.

Por supuesto que tenía miedo, sentía que se volvería loco.

-Ray! ¿Qué ves?-preguntó Norman desde arriba, Ray encendió la linterna.

-Hay mucha agua pero se puede caminar, y solo veo un gran túnel por el que podemos pasar, pueden bajar-gritó, desde abajo.

Luego de eso bajo Norman, luego Emma que ayudó a Gilda bajar y Don el último, que a la vez ayudaba a Gilda también.

Todos pisaron abajo, el frío y la sensación de soledad y miedo de aquel lugar los perturbó, lógicamente. El estar abajo era para perder la cordura definitivamente.

Caminaron en fila a través del túnel, cada uno con una mano en el hombro del que estuviera adelante, Emma iba de las primeras. El tubo era un gran cilindro de concreto de alrededor de casi dos metros de diámetro. En las paredes se podían observar marcas, grafitis, hasta antiguas marcas de sangre y heces. El olor era terrible y se sentía todo muy frio.

 Habían perdido la noción del tiempo a medida avanzaban, se encontraron con muchas cosas como animales muertos flotando, basura, heces, ropa, incluso una placa identificatoria, probablemente de uno de aquellos trabajadores que se perdió-y murió- ahí abajo, sin haber podido encontrar la salida nunca, hace un par de años.

Quien sabe, cuántos habrán muerto allá abajo, perdidos en el desquiciado laberinto que existía debajo de la ciudad.

-Tsk..-se quejó Emma, frustrada, ¿Cuántos trabajadores habrán muerto ahí abajo? ¿Cuánto habrá sido su desesperación al saber que no podrían salir nunca de ahí? era una locura.

-Esto es horrible-dijo Gilda, con una notable expresión de asco, llevaba un buen rato aguantando las ganas de vomitar.

-Esto huele peor que mi habitación-dijo Don-Y eso es mucho decir..

-Don! ¡No es momento para bromas!-regañó Gilda.

-No es una broma! es cierto!

-Ya basta, preocúpense de pisar bien, hay muchas cosas que ni podemos ver-dijo Ray, severo. A la vez, se notó algo de angustia en su voz.

Emma tan sólo mostró una leve sonrisa, aún en situación así Don tenía ánimos de bromear y Gilda, de regañarlo. Aquello servía para bajar un poco la densa tensión que había allá abajo.

Norman tan sólo guardó silencio, atento a no pisar, quien sabe que cosa estuviera en el agua, sentía que en cualquier momento podría aparecer alguna mano de un monstruo y jalarlo lejos de ahí.

Algunas partes el túnel iba cambiando de forma, a veces era más estrecho así como más amplio y hasta con múltiples bifurcaciones, en otras se iba en bajada o subida, aquellos desniveles causaba que en algunos sectores que el nivel del agua también cambiara, por lo que de repente era mucho más profunda, tanto que debían caminar casi de puntitas, mientras Ray intentaba proteger lo más posible su mochila y Emma la linterna.

En otros el agua era demasiado baja, que se podía ver hasta el piso, con más basura y cosas raras. En otras partes el agua era muy turbia y aún más maloliente, por lo que era más difícil pasar y moverse, era casi como lodo.

Lo que habita en Neverland  (The Promised Neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora