Don

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Estaba junto a sus padres en la sala principal jugando cartas y a la luz de las velas, debido a un apagón que ocurrió hace días debido a las constantes lluvias que azotaban a Derry, vivían en una zona rural a unos cuantos minutos del centro de la ciudad. Por lo que el terreno era amplio. Vivían con lo justo y necesario gracias a la cosechas de verduras y maíz que tenían su propia casa.

Su familia había optado por vivir en tranquilidad un tanto apartados de la ciudad debido al aún marcado racismo hacia ciudadanos de raza Afroamericana que vivían en los sectores residenciales.

-Y esa es historia que me contó tu abuelo, sobre lo ocurrido en el Black Spot el año 1940-Terminó por decir su padre.

-¿E-es una broma cierto?-preguntó Don asustado.

-No hijo, me lo contó tu abuelo, todo fue real, así como muchos sucesos extraños ocurridos en Derry.

-Bueno, mejor dejemos de hablar de historias tan.. terroríficas, sobre todo ahora que estamos sin luz.

-Me parece una excelente idea mamá. Bien entonces...-tomó unos cuántos naipes y se los mostró a su madre, indicándole que eligiera uno-Muy bien, entonces mira con atención-Dijo con actitud seria.

Y sin ver la cara de los naipes, los revolvió un par de veces, haciendo movimientos extraños con ellos sobre la mesa y con sus manos, ante la mirada curiosa y atenta de sus padres, tratando de buscar la trampa en el truco de su hijo, a quien consideraban un chico gracioso, con una gran habilidad de crear diálogos chistosos en unos cuantos segundos y con un particular talento en trucos de magia.

Entonces seleccionó minuciosamente cada naipe sin ver sus caras, para luego sacar uno, totalmente al azar y se lo mostró a su madre.

-A caso.. ¿Es esta tu carta?-preguntó con un tono de voz más grave y seria, queriendo imitar a un adulto.

-Tres de Pica... oh vaya Don!! cómo lo hiciste!? si no perdí de vista en ningún momento tus manos.

-Estos son los secretos del Mago!-exclamó con aires de grandeza.-Tranquilos no me admiren tanto!

Y sus padres rieron divertidos, su hijo siempre saldría con cosas nuevas.

-Don, necesito que me hagas un favor, necesito que vayas al granero y traigas más leña, la chimenea se está apagando y ya sabes que pronto se vienen las heladas-pidió su madre.

-¿A-al granero?-preguntó con temor.

-Si, ¿Acaso te da miedo?

-No, para nada! ya vuelvo.

Y a la salida de la casa calzó sus botas de goma y caminó hacia el granero, no le daba tanto miedo pero después de la horripilante historia de su padre... y pensar en el galpón.. el ave.. no le daban muchas ganas de ir hacia ese sitio, pero no había nada que hacer.

Lanzó una que otra grosería al intentar avanzar al granero, seguía lloviendo fuerte y se les enterraba profundamente las botas en el barro, hasta que después de un rato logró llegar.

Encendió la linterna y entró, rápidamente y sin mirar con mayor detalle se dirigió enseguida a los palos amontonados en un rincón. Se sentía un olor asqueroso, lo que le provocó un par de arcadas.

Olía como a carne podrida, quizás una rata muerta o alguna de las gallinas, lo que sea no le importaba, quería salir luego de ahí, había algo que no le daba buena espina así que rápidamente recogió algunos palos, se sentía extrañamente nervioso y un sudor frío recorría su espalda.

En cuanto ya tenía una buena cantidad de palos se dirigió a la salida, nervioso, pero algo lo detuvo, escuchó algo removerse dentro del granero, se sobresaltó por el ruido, quizás era uno de los animales que se salieron del establo-Es lo que quería pensar- así que con cautela, se acercó un poco y alumbró con su linterna.

Lo que habita en Neverland  (The Promised Neverland)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang