Capitulo 12

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Prepárense Amixes!!!


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Mirar a Lan Zhan rompe a Wei Wuxian. No quiere irse, pero ver la reacción de Lan Zhan también demuestra que es lo correcto: no puede permitir que Lan Zhan se entere de la maldición. Siempre.


No sabe exactamente cómo sucederá cuando la maldición finalmente lo termine. ¿Su cuerpo entero será devorado por un vacío oscuro para no dejar nada atrás? ¿Lo harán pedazos como cuando murió por primera vez? (Todavía escucha el sonido de su propia piel rasgándose y el hedor de su propia sangre es lo que recuerda oler cuando tomó su último aliento).


De cualquier manera, Lan Zhan no puede estar cerca de él cuando sucede.


No debe ver, y no debe escucharlo gritar cuando el dolor golpea con toda su fuerza, porque morir aún tardó lo suficiente para sentir el dolor en toda su horrible intensidad.


Quiere acurrucarse en una pelota en el suelo y esconder su cabeza entre sus brazos ante el pensamiento.


"¿Wei Ying?"


Él sonríe a través de él; es lo único que puede hacer. "¿Lan Zhan?"


"¿Te quedarás esta noche?"


"Por supuesto."


Lan Zhan se ve tan cansada. Ni una sola vez ha intentado convencer a Wei Wuxian de que se quede. Por alguna razón, piensa que esto sería más fácil si Lan Zhan todavía tuviera algo de pelea en él.


Pero no lo hace.


No te ves bien, Lan Zhan, quiere decir, pero ¿por qué Lan Zhan se vería bien después de todo? A-Yuan está enfermo, Wei Wuxian se va y Lan Xichen apenas ha dicho nada en el transcurso del día.


Wei Wuxian frunce el ceño. ¿Podría haber más?


Las mejillas de Lan Zhan están ligeramente enrojecidas y sus ojos parecen vidriosos.


"Lan Zhan, lo siento". Toca la frente de Lan Zhan con el dorso de los dedos.


Lan Zhan retrocede ante el toque con los ojos muy abiertos, pero no lo suficientemente rápido.


"Tienes fiebre".


Inmediatamente, Lan Xichen se endereza y se acerca a ellos. "¿Está seguro?"


Lan Zhan frunce el ceño y cierra los ojos. No parece importarle mucho.


"Wangji, ¿cómo te sientes?"


Por supuesto, Lan Zhan no responde y Lan Xichen se levanta para llamar a los curanderos.

Una Tormenta de risa en la quietud del JingshiWhere stories live. Discover now