capítulo 22

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Era la fiesta de cumpleaños número ocho de Jimin.

Todos los niños correteaban por todos lados, riendo y embarrándose entre ellos con el pastel. Jimin veía a su pequeño hermanito de seis años sentado junto a su madre, tranquilo y comiendo una paleta de cereza, solo observando a los amigos de su hermano mayor juguetear con él.

Pero Jimin en cambio no les hacía caso, solo podía mirar a su madre la cual acariciaba el cabello de Taehyung mientras llamaba por teléfono una y otra vez a su padre el cual estaba desaparecido.

A pesar de que Jimin tenía ocho años, él se daba cuenta de que su padre no había llegado a dormir en varias noches. Su madre había dicho que él estaba en un viaje de trabajo pero el hombre nunca le había dicho aquello, al contrario, solo le había dicho que regresaría un poco tarde del trabajo y era todo.

—Es el jodido cumpleaños de tu hijo, Hyun, ¿dónde estás? —entonces colgó y maldijo en voz baja, murmurando algo en el oído de su hijo y saliendo de allí hacia el interior de la casa.

Jimin se levantó ignorando a sus amigos, y se sentó al lado de Taehyung, quien le sonrió y lo abrazó con cariño.

—¿Qué te dijo mamá? —le preguntó curioso, pero Taehyung se encogió de hombros y sus nervios salieron a flote cuando los amigos de su hermano mayor lo llamaron—. Está bien, puedes ir con ellos a jugar. Iré a casa con mamá.

Taehyung siguió comiendo su paleta y Jimin corrió en silencio hacia el interior de la casa, con intención de saber en dónde se encontraba su padre o por qué mamá estaba tan enojada cuando se suponía que estaba en un viaje de trabajo y ella lo sabía.

—Cree que soy tonta pero en realidad no lo soy, ni un poco —le dijo enojada a una de sus amigas la cual negaba no muy convencida—. Es un imbécil si piensa que mientras él está acostándose con mil y un mujeres yo estaré aquí encerrada con los niños viendo por su felicidad. Él también es su padre y tiene que hacerse cargo.

El pequeño Jimin se sentó detrás del sofá de la sala y miró de reojo al par de mueres las cuales se sirvieron alcohol y tomaron un sorbo.

—Te lo seguiré diciendo, él seguro está muy ocupado en el trabajo o tiene una sorpresa para Jiminie, no creo que te engañe, mírate, eres hermosa y joven, sería un completo tonto.

Su mamá asintió y rodó los ojos.

No era la primera vez que escuchaba a su madre decir aquellas cosas, su padre ¿engañándola? Jimin no terminaba de comprender a qué se refería, solo era un niño de ocho años el cual solo se dedicaba a cuidar y amar a su hermanito y a sacar buenas notas en el colegio, no tenía idea de porqué su papá engañaría a su mama, o por qué la hacía enojar tanto y la hacía llorar por las noches cuando no regresaba del trabajo.

Habían puntos en que le preguntaba a su madre por qué lloraba y ella solo le decía que no era nada, que se había golpeado o lastimado, cuando realmente no tenía daño alguno, solo decía excusa tras excusa.

Jimin era un niño inteligente, pero no lo suficiente para entender el verdadero significado de engaño o amante. Pero como era de esperarse, en algún momento lo tuvo que entender, y ese momento fue una semana después de su cumpleaños, cuando había regresado con su madre y Taehyung de la escuela y habían notado que la puerta estaba abierta, encontrando también unos zapatos masculinos en la entrada al lado de un par de impecables tacones color rojo.

Jimin había entendido lo que era un amante cuando junto a su madre, había visto a su papá besando a otra mujer, tocándola y diciéndole cuanto la amaba.

Amaba a otra mujer que no era a su madre.

Jimin había odiado a su padre en ese momento, había despreciado a aquel hombre y había apoyado a su madre cuando ella lo había corrido de casa y se habían divorciado, haciendo que su padre no tuviera ni siquiera los fines de semana a su par de hermosos hijos pequeños.

bonsoir monsieur 丼 kookmin.Where stories live. Discover now