♡. the end

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Jimin nunca se había sentido más realizado como en ese momento lo hacía.

¿Quién iba a decirlo? Estaba a solo dos años de terminar la universidad, su madre y Taehyung lo amaban, tenía un nuevo amigo; Jongin, el cual siempre estaba cerca para apoyarlo y, por supuesto, lo mejor de todo era que estaba felizmente comprometido con Jungkook quien cada día no dejaba de impresionarlo.

Justo en ese momento estaba comiendo una paleta de cereza mientras veía a lo lejos a Hani guardar sus cosas en una caja.

Jungkook la había despedido por ignorar las advertencias donde le decía que no debía meterse en la vida personal de él y Jimin, cosa que había hecho una y otra vez hasta que había sido el colmo con Jieun, quien también al otro lado de la oficina le rogaba a Jungkook que la perdonara y que no volvería a ocurrir.

Habían pasado dos días desde que el azabache le había pedido matrimonio y se habían tomado el fin de semana libre para pasarla juntos en el departamento, y apenas regresaron, este se dedicó a hacer los papeleos para ambas mujeres las cuales estaban más que sorprendidas cuando Jungkook dio aviso frente a todos sobre su compromiso con Jimin.

Y había sido increíble, todos habían aplaudido y se habían sentido feliz por la pareja, muy a pesar de la confusión por el hecho de que Jungkook volvería a casarse y ahora con un hombre, lo cual no era realmente común debido a la mente cerrada de su país. Pero a pesar de ello todos los habían felicitado y deseado lo mejor, menos dos mujeres las cuales se habían mirado entre ellas compartiendo el mismo sentimiento de repulsión hacia la pareja, cosa que realmente no les importaba en lo más mínimo.

Jungkook vio como le entregaba una carpeta con papeles a Jieun y sin ninguna sonrisa la despedía, diciéndole que le fuera bien y tratara de no meterse en problemas. Caminó a sus espaldas cuando ella salía del edificio y se cruzó al lado de Jimin, quien le sonreía contento al verla siendo desterrada del lugar.

—Se nota que estas disfrutando esto —dijo con una sonrisa, pasando uno de sus brazos por los hombros de su pareja.

—Dios, sí, quería verlas irse. Que solo me lo contaras después no sería igual de satisfactorio que verlas con mis propios ojos. Espero hayan visto mi anillo de compromiso porque quiero que mueran de envidia —dijo lo último en voz alta para que Hani lo escuchara, pero esta lo ignoró y abrazó su caja saliendo de allí lo más pronto posible.

—Bueno, chico envidia, ¿iremos con tu madre? La cena con mis padres ya está agendada para el fin de semana —Jimin asintió y sacó la paleta de su boca.

—Primero quiero que me lleves a casa de un amigo, no creo que lo recuerdes pero se llama Wonho —Jungkook frunció su ceño y tomó la mano del más bajo mientras ambos salían del edificio hacia el estacionamiento.

—¿El guardia del burdel? Pensé que se habían visto el otro día en el supermercado.

—Sí, pero quisiera llevarle el pastel que traje. Recuerda que son dos, uno para mamá y otro para ellos. Olvidé decírtelo, pero prometo que no tardaré mucho —Jungkook le abrió la puerta a Jimin y lo miró con ojos no muy convencidos—. ¡No miento! Seré rápido, solo quiero darles el pastel y decirles que estoy comprometido. Estará feliz de saber que es contigo.

—Está bien, y si quieres quedarte más tiempo solo dime y puedo pasar por ti luego.

—Para nada, ya hicimos planes con mamá y se molestará si la dejamos plantada —el castaño le dio indicaciones de donde se ubicaba la casa de Wonho y miró el pastel sobre sus piernas.

Estaba ansioso de ir con él y contarle sobre Jungkook, sobre todo porque Wonho siempre le había dicho que este estaba loco por él y terminarían juntos, cosa que no había estado en lo incorrecto ya que ahora ambos tenían hermosos anillos de compromiso y posaba su mano izquierda sobre el muslo del azabache mientras admiraba la vista desde la ventana.

bonsoir monsieur 丼 kookmin.Where stories live. Discover now