Capítulo 6. Ritual de pasión

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«Su llamado es una fuerza sobrenatural que me arrastra, aunque no lo quiera, a su inevitable encuentro. Crece dentro de mí una llama ardiente que va consumiendo todo mi ser, deseando ser liberada bajo el frenesí de su sexo en el arrebato de su amor». Vesper.

Narrado por Rose

Desperté en la mañana con un terrible dolor de cabeza, pensé por un momento que todo lo sucedido ayer era parte de un sueño, que mi Vesper no había aparecido todavía. Pero al tomar la almohada que estaba a mi lado pude sentir su aroma, ese exquisito olor que tiene todo su cuerpo, esa perfecta anatomía diseñada para llevar a la perdición a cualquiera; supe enseguida que todo fue real. Finalmente ella había regresado a mí terminando con mi agonía por su lastimosa ausencia durante esas tres noches.

Sonreí como tonta enamorada al recordar cada de detalle de anoche, bañándonos juntas, luego acurrucadas en la cama. Entonces se me ocurrió algo muy travieso para castigarla por hacerme sufrir, esta noche ella pagaría una cuota de su castigo. Miré la pintura que había comprado anhelando convertir ese sueño en realidad, si tan solo existiera una forma de poder estar juntas y tenerlo todo, aunque sea la mínima posibilidad, yo haría lo que fuera para lograrlo.

Narrado por Vesper

La noche finalmente había llegado, estaba ansiosa por ver a Rose, cada día que pasaba me costaba un poco más tener que dejarla. Ya no me quiero conformar con los pequeños momentos que nos dedicamos cada noche, quisiera poder tenerla en mi vida siempre sin tener una fecha límite para alejarme de ella. Nadaba hacia las rocas para tener nuestro encuentro pensando en todo lo que ocurrió ayer, cuando se puso en peligro sentí una gran angustia ante la idea de perderla, luego, verla desnuda y bañarnos juntas fue un momento tan erótico que me dolió desperdiciarlo, pero ella no se encontraba en su mejor estado. Al salir a la superficie noté que ella no estaba esperándome, me pareció muy extraño y salí del agua dejando que mis piernas aparecieran. La busqué y dije su nombre en voz alta varias veces, pero no había señales de ella, luego de esperarla por varios minutos decidí buscarla en el hotel; quizás ella aún se sentía molesta conmigo.

Llegué a la recepción anunciándome como ella me había enseñado, me permitieron pasar y cuando llegué a su habitación Rose abrió la puerta dejándome verla semidesnuda, con tan solo la parte inferior de su ropa interior y una camiseta que marcaban sus senos dejando ver sus pezones erectos. No podía dejar de mirarla y ella solo me sonreía con toda la mala intención, ya que sabía que hizo esto para provocarme teniendo éxito en su propósito.

—¿Por qué no acudiste a nuestro encuentro? Te estuve esperando por un largo tiempo.

—Quería averiguar qué tan necesitada estás de mi perdón, quería saber si eras capaz de venir a buscarme exponiéndote con los demás humanos. Quería saber cuánto te importaba en realidad —la vi caminar hasta la cama recostándose en ella en una posición bastante sexy que afectaba mi habilidad para articular un pensamiento.

—Pues aquí estoy, ¿te sientes satisfecha de los resultados?

—Muy, pero hay otra manera en la cual me puedes ayudar a sentirme realmente complacida —dijo eso levantando una de sus rodillas un poco, llamando la atención de mi mirada que se dirigía a sus hermosas piernas y la línea sensual que formaban. Caminé hasta quedar frente a la cama tratando de calmar todos mis sentidos que comenzaban a enloquecer por lo que estaba oliendo.

—Humana, estás jugando conmigo.

—Dime que no te gusta y me detendré, sirena —me dijo sonriendo con total perversidad en su mirada. Era curioso como sus ojos se volvían de un tono más oscuros cuando se excitaba.

La orilla y el marWhere stories live. Discover now