Flecha Rota

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Natalia Romanova no podía dejar de pensar en el simple hecho que la había dejado tocada por el resto de la noche: Steve había tocado su hilo sensible. Ese hilo que seguía existiendo a pesar de todo.

No quería levantarse de la cama, pero debía hacerlo. Como esa rutina a la que poco a poco se estaba acostumbrando, bajo, desayuno, se despidió de su padre y simplemente fue a coger el autobus. Algo que la dejo de piedra fue no ver a gente apenas en el bus. La mayoría eran mujeres que se miraban con odio y rabia muy mal contenidos. Necesitaba saber que pasaba, pero no sentía que tenia la confianza necesaria con alguna de ellas, por ello mando un mensaje a Clint. Espero durante todo el viaje saber que pasaba, porque no estaba a su lado muerto del asco y detrás una batalla Hydra/Avengers. Ya se temia lo peor cuando llego a la clase y solo había chicas menos Synthia. Como líder de la otra banda, se imaginaba que hacer acto de su presencia era importante, por lo que aun pensaba en lo peor.

Fue a donde Pepper, solo por ser su compañera de pupitre y le pregunto, pero ella solo le dijo "otro día más". No sabia que significaba aquello y tuvo que esperar hasta su llegada, justo antes que la profesora. Algunos andaban con dificultad y algunos tenían un poco de sangre. Pero no era nada grave. Le sorprendió que Banner saliera entre los chicos cogeando y se sentara en su sitio como si nada. La profesora y algunas chicas, a pesar de sus gestos de desaprobación a algo que la rusa quería deducir, se veían acostumbras a ese tipo de situaciones. Los detesto nada más verlos en ese estado. Hasta Barton estaba algo lesionado. Hasta el patio, en su lugar neutral, no pudo obtener una respuesta. Barton no tenia su característico colgante y lucia unas heridas que Natalia quería sanar con alcohol por la fea pinta que tenían.

No serían amigos pero ella no dejaba a nadie tirado.

- Clint...¿Que ha pasado esta vez? ¿Y tu colgante?

- Natalia... Es que...me he metido en una pelea en el bando de los vengadores...- Natalia quiso pegarlo, pero se aguanto para poder seguir sanando sus heridas.- le di mi colgante en forma de símbolo de fidelidad a Avengers

- No... Era tu colgante, no de un grupo de chicos macarras...

Por lo que le había contado, ese colgante se lo regaló su hermano en cuanto gano joven su primer campeonato. Hermano con el que ya no había

- cuidado ahí - se quejo en voz alta como si fuera una señorita- solo necesito que mis amigos de siempre me perdonen...

Natalia sentía lastima por su compañero de área neutral. Ella no llego a sentir aquello de recuperar a sus amigos, pero si ese primer hueco de soledad muy difícil de rellenar.

- Natasha...¿Que te paso en Rusia?

La chica quedo congelada. No pensó que Clint fuera a preguntarle sin trapos, a boca jarro. Al ver la reacción, el chico quiso corregir.

- Tranquila, respira, no hace falta que me respondas ahora... Te lo pregunto porque quiero saber como arreglar ese hueco de tu corazón

- No intentes nada, por favor- pudo vocalizar mientras ponía una tirita en un rasguño

- Natalia, por favor, escucha, no quiero que estes sola. Este seguirá siendo nuestro lugar pero en cuanto se enteren que...nos vemos- busco la palabra idónea para no enfadarla- irán a por ti. No podrás salvarte tirando las mesas por la ventana.

- entonces me propones ir con los vengadores para salvar mi cuello...- dedujo en voz alta. Pero negó con la cabeza y se alejo de él - fui a jugar a los bolos el viernes. Me quede jugando y bailando sola en la casa el fin de semana. Te esperas que vaya a ser el amigo de alguien? No puedo...

- Las chicas se conocen de mucho mas antes de lo que te esperes. Pero finalmente ellas te aceptaran y agradecerán que seas una chica mas...

La confianza que tenia a su... Lo que fuera, cada vez menguaba más y más. Solo deseaba que se callara. No quería saber del tema. No quería encariñarse con nadie. Ella ni siquiera sabia hasta cuando iban a estar en aquel territorio extranjero. Si pensaba, ni con esa seguridad pensaba en tener un amigo.

- si lo hago...¿Te dejaras de pegar con Hydra?

- ese tipo de chantajes no funcionan, Natalia. Este colegio esta polarizado y ahora pertenezco a uno... Nat, espero que elijas el que mejor te sienta

- Y según tu, cual me sienta mejor?

- el que esta mas acorde con tu gran corazón...

Sonó la campana y se fueron, cada uno en un tiempo diferente para que nadie los pillara, a la clase de informatica. Le tocaba el trabajo con Bucky, y solo iba a estar repasándolo. Este no dejaba de hablar con Steve y ya el recién incluido Barton, que a pesar de todo, seguían si hablar mucho. Steve la intentaba incluir, pero ella daba poco para participar. Steve intentaba sacarle informacion sobre ella, pero el halcón aseguraba que no había amistad entre ellos. Ella no quería que él mintiera como un bellaco, pero no le quedaba otra. Terminaron las clases y cogieron el autobus de vuelta a casa. Esos viajes no habían cambiado en absoluto, solo algún comentario inteligente marca Barton sonaba esporadicamente.

- espera, Nat - llamaba Steve hasta que paro cerca a un paso de su puerta- Vente a casa de Buck, que su madre ha hecho tarta de manzana antes de marcharse y vamos a jugar al poker

- yo solo fui a casa de Bucky a hacer un trabajo. No hay trabajo, no voy

- Nat... He estado pensando este fin de semana y creo que eres perfecta para mi nuestro bando

- ¿Eres idiota o bailas con la música del telediario? No quiero amigos

- ayudaste a Clint aquella vez, trabajadora y Jane dice que eres buena compañera, no entiendo porque dicen que tienes un gran corazón si rehúyes de nosotros y me tratas tan mal

- No quiero amigos, menos que tu seas algo mio, asi que calla y vete

- ¿Que demonios te hicieron en Rusia para que nos trates así? ¡¿Que te hemos echo, Natalia Romanova?! ¡DIMELO!

- VETE DE ESTA CASA, RUBIO MALCRIADO Y DESCARADO. DEJAME EN PAZ

Natalia no pudo evitar entrar en su casa y cerrarle la puerta en las narices. Le daba igual si aporreaba la puerta una y otra vez, gritando su nombre cual descosido, poseído por algo que ni ella podía ponerle nombre. Solo quería llorar, aunque fuera en la puerta. Los recuerdos y las palabras de sus compañeros martillaban lo poco que pudo reconstruir. No había derecho. Quería seguir fuerte, mostrando esa falsa máscara de hierro que forjo con dolor, sangre y lágrimas de sufrimiento. Odiaba a su maldito compañero.

Dejo de escuchar los golpes y sintió el frio tacto del metal en su cuello. Era el colgante de Clint que se había deslizado por el buzón de la puerta. Se seco las lagrimas se miro en el espejo de la entrada antes de abrir la puerta. Steve tenia las orejas rojas y no sabia porque, le recordó a un Dorito. Se rascaba la nuca, nervioso.

- Perdóname, Natalia. No era mi intención...

- si lo era, pero querías hacerlo de otra forma. Para tu interés, lo que paso en Rusia, se queda en мать Россия (madre Rusia), y si lo que paso ahí me afecta hasta en este territorio completamente diferente, me afecta y te callas. Porque prácticamente no eres nadie en mi vida. Ni tu, ni tu amigo el barbas de Bucky, ni ninguna de esas chicas de la bolera. Nadie. Ni Clint, al que le puedes decir que ya tiene mi permiso. Eres como todos los demás y si, me has hecho daño. Solo espero que las demás chicas y tu loca stalker Sharon me dejen en paz.

- Si te doy la flecha de Barton es porque se que eres alguien para ella- soltó antes de que la rusa cerrara de nuevo la puerta. Lo había dejado en shock y ganas de saber mas. Pero sobre todo, ganas de ganársela como mujer. Igualmente le habló a la puerta, esperando a que ella escuchara - me imaginaba que os entendíais cuando le ayudaste y este te acompaño a tu casa. Si, soy como los demás en todos los aspectos y no me conoces en absoluto. Te quiero dar una oportunidad para cambiar, para que vivas. Porque lo que te haya pasado te ha matado. Y no cansare de insistirte. Eso ten por seguro. Ah, y ponte el colgante de Clint, seguro que le encantara saber que lo tienes puesto.

"Yo te quiero, Natalia Romanova" pensó mientras volvía a la casa de Bucky a jugar al poker y comer un poco de la tarta de manzana de la señora Barnes. Lo juraba bajo su amada tarta de manzana, Natalia seria parte de ellos

Llegando a TíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora