3

918 107 137
                                    

La luz entró por los ventanales de la amplia habitación, el rubio maldijo en voz baja no haber bajado las persianas la noche anterior, por lo que se levantó bajando estas un poco, solo hasta que no le diera en la carita a Ana, esta ni se había inmutado de esto, seguía durmiendo cómodamente. Se notaba que hacía mucho que la niña no dormía en condiciones.

Bostezo y estiró sus extremidades, fijándose en la hora del pequeño reloj digital que se encontraba en la mesita de noche: las diez y media.

Gustabo no se molestó en ponerse unas pantuflas, a parte de que ni tenía.

Se extrañó al ver la habitación del ruso y cresta hecha y vacía, su hermano normalmente se levantaba bastante tarde, o eso es lo que él recordaba.

Descalzo, caminó por el frío suelo de la casa hasta llegar a la cocina, tenía hambre, y su estómago agradeció ver unas tortitas preparadas, una nota se encontraba al lado de estas.

"Viktor y yo no hemos tenido que ir a trabajar, volvemos por la tarde, desayunad algo warros, os quiero<3 H."

Gustabo dejó la nota con una sonrisa y comenzó a prepararse un café.

Habían pasado unos minutos cuando se escuchó a Ana.

-Gus! Dónde estás! -Dijo la niña entre sollozos. Gustabo dejó todo lo que estaba haciendo y rápidamente fue a la habitación.

-Ana cariño que pasa?!

-Papi! Creía que nos habían encontrado! -La pequeña corrió hacia los brazos del rubio, quien estaba un poco en shock por la primera palabra. -Estás bien? -Dijo aún con la cara mojada la niña al ver que no respondía.

-P-Papi?

-Perdón Gustabo, es que para mi eres como uno... -El rubio pensó unos segundos pero luego reaccionó y cogió a la niña en brazos depositando un beso en su frente.

-Tranquila, puedo ser tu papá si quieres.

-Enserio?! -Gustabo asintió con una ancha sonrisa ya en la cocina. -Gracias gracias gracias. -La niña llenó la cara del otro de besitos, Gustabo con los ojos cristalizados se dejó hacer. Había jurado cuidar de esa niña, y no le importaría ser su padre, es mas, él quería serlo, había criado a la niña toda su vida, era el que más la conocía.

Ambos ya habían desayunado y se habían aseado, el rubio tenía pensado salir al hospital a ver a James, y con un poco de suerte que le dieran algún dato sobre Jack, necesitaba verle ya.

Gustabo vistió a la pelinegra de negro al igual que él, no era bobo y sabía que debía andarse con cuidado si iba a ir solo con la pequeña, por lo que también le puso una gorra a Ana y el se puso la capucha. Salieron de casa camino al hospital, ambos dados de la mano.

Llegaron al centro y el rubio fue a uno de los jóvenes que se encontraban atendiendo

-Hola buenos días señor...

-Claudio, puedes llamarme Claudio, qué necesitáis? -Dijo mirando a la pequeña con una sonrisa, la cual no fue correspondida.

-Quería saber si podría pasar a ver a James Conway, el que está en coma...

-Oh, el señor James despertó ayer, se encuentra hablando con su hijo, su novia y su suegro.

-E-Espere... No-Novia?... Suegro?

-Sí, Julia y Jack Conway, no sabe quienes son?

-En que habitación se encuentra? -Dijo con los ojos cristalizados y un terrible vacío en el pecho, Ana le sujetaba la mano con fuerza.

-En la tercera planta habitación 19 -Gustabo cogió a la pequeña en brazos y corriendo fue hacia dicho sitio

-Papi no llores. -Dijo Ana quitándole las lágrimas al otro. -Seguro que tiene explicación, Horasio dijo que se preocupaba mucho por ti. -Gustabo sonrió y le dio un beso en la frente.

-Espero que Horacio no me haya mentido...

Sin nada más que decir Gustabo salió del ascensor con Ana aún en brazos, avanzó hasta la sala, quedándose en la 18, no quería llegar.

-Vamos allá. -Gustabo se armó de coraje, y avanzó hasta llamar a la puerta.

-Adelante. -Habló una voz masculina desconocida. Gustabo abrió poco a poco la puerta, lo primero que se fijó al entrar fue que su pelinegro, y una chica pelirroja se daban la mano, pero eso cambió al dejar ver al completo su rostro, con lágrimas cayendo de este.

-GUSTABO! D-DIOS MÍO. -Jack se levantó al instante yendo hacía Gustabo, pero él cerró la puerta en su cara y salió corriendo. Iba por el ascensor cuando se vio como Jack salió de la sala. "Por qué tardó tanto en salir?" Pensó el rubio

-GUSTABO POR FAVOR DEJAME HABLAR CONTIGO! -Pero ya era demasiado tarde, las puertas del ascensor se cerraron, pero eso no impidió que el pelinegro se detuviera, ya que con rapidez bajó por las escaleras.

El rubio no paraba de llorar, la niña trataba de calmarle pero no lo lograba.

-Papi no le has dejado explicarse.

-Yo solo quiero que él sea feliz, debemos irnos de aquí, si no lo estropearé todo. -Las puertas del ascensor se abrieron y el rubio salió corriendo de aquel sitio, ya no oía nada, solo su propia respiración, la cual se agitaba cada vez más por momentos...





















































































.................................

ñeñeñeñeññeñe

puse este? ya ni me acuerdo cuales pongo, esta es tu escritora? la mía no

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

puse este? ya ni me acuerdo cuales pongo, esta es tu escritora? la mía no

𝑼𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒐𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅 - (𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒂𝒃𝒐)Where stories live. Discover now