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Ambos se encontraban en un restaurante alejado de la ciudad, para evitar conflictos.

Se miraban a los ojos sin decir nada, simplemente sonriéndose sumergidos en la mirada del otro .

-Mazapán. -Habló Gustabo, el otro rodó los ojos por el apodo, el cual aún mantenía en pie. -Aún no he ido a ver a tu padre

-Mañana pasamos, ahora debe de estar dormido. -Jack entrelazó sus manos. Le había extrañado demasiado, no se había podido imaginar el dolor que llegaría a sufrir por su ida, sin duda, esos siete años habían sido lo peores de toda su vida, ahora lo único que quería era acabar con todo y todos y vivir feliz junto con ellos, y nada ni nadie se lo iba a impedir, daría lo que hiciese falta, pero juraba que no se lo iban a volver a quitar, nunca. -Te amo muchísimo Gustabo. -El rubio se sonrojó y le miró sonriendo tiernamente

-Yo también, y no me cansaré de decírtelo.

-Esta vez te juro de verdad que no os van a volver a tocar, nunca más, y si tengo que dar la vida por ello lo haré. -Gustabo frunció el ceño

-No, tú no vas a dar la vida por nadie.

-Si es necesario lo haré, y me da igual lo que me digáis.

-Pues entonces yo también.

-No, tú tienes una niña y no la puedes fallar

-Tú tampoco.

-Eres un manipulador Gustabo García. -Dijo sonriendo, besando su mano.

Siguieron hablando, sin ningún tema de conversación concreto. Cenaron tranquilamente y sin nadie que les molestara, cosa que agradecieron internamente, esa tranquilidad a veces se necesitaba, y mucho.

Ahora se encontraban de camino al hotel reservado por parte del pelinegro, Jack con su mano libre la daba la mano y viajaban en silencio.

-Cariño sabes que si no quieres hacerlo no tienes porqué, no puedo llegar a imaginarme todo lo que te han hecho, seguramente se te hayan quedado varios traumas debido a eso.

-Lo único que quiero ahora es a ti, de todas las maneras posibles. Puede que se me haya quedado algún trauma pero confío en ti, y eso no hay traumas que lo venzan. -Conway lo miró de reojo apretando más su agarre en la mano del rubio, el cual se permitió dejarle un beso en la mejilla.

.-.-.-.-.

(+18)

El rubio se encontraba desnudo siendo devorado por el pelinegro, a quien ya le dolía su erección por estar encerrada en la tela de los boxers.

-Qui-Quieres ayuda con esto? -Preguntó el rubio jadeando, dirigiendo su mano a los boxers del mayor, dando un apretón, Jack jadeó. -Veo que si. -De un movimiento el rubio se sentó encima suya. -Sabes qué? Mejor siéntate al borde de la cama.

Gustabo se levantó con una sonrisa coqueta, Conway hizo lo que le dijo. Gustabo se arrodilló quitándole de un tirón los boxers, dejando a la vista el gran erecto miembro del mayor. El rubio sin mas tiempo que perder, lamió el falo como si de una paleta se tratase, sin dejar de mirarle, succionó el glande, sacándole un ronco gemido al mayor.

-Joder nena. -Gustabo sonrió orgulloso y siguió con lo suyo.

Después de un rato lamiendo y succionando, con cuidado se metió lo que pudo en la boca, pero al poco tiempo se lo metió todo, su garganta ya estaba acostumbrada a este tipo de cosas.

Inició un lento y tortuoso vaivén con su cabeza, sin dejar de lamer la carne a cada subida y bajada. Tras las suplicas del pelinegro, hizo sus movimientos más rápidos, viendo a los ojos a Conway, quien tenía la boca abierta y la cabeza echada para atrás.

𝑼𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒐𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅 - (𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒂𝒃𝒐)Where stories live. Discover now