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*Marco*

Veía con diversión el sangriento video que no paraba de reproducirse en la pantalla del televisor.

Todo iba como planeaba, pero aún era pronto para cantar victoria, aunque estaba seguro de que esa niñata acabaría aceptando nuestro "trato".

-Jefe, tiene una llamada de vuestro empleado. -Dijo Amanda. La arrebaté el teléfono contestando.

*Llamada*

-Buenas tardes señor.

-Hola Adam

-Le gusta el vídeo jefe?

-Le ha faltado algo de sangre a mi gusto. -Reí. -Pero ahorrémonos la sangre para otras personas...

-Llamo a la chica? 

-Lo hago yo, no tienes los suficientes cojones como para manipularla, ahora te mando un mensaje de la ubicación. -Colgué, dejándole con la palabra en la boca

*Fin de la llamada*

Suspiré cansado y cabreado. Ese maldito mocoso se escapó en mi cara! Las iba a pagar...

-Amanda, tráeme el otro teléfono, rápido

La mujer asintió, y en menos de dos minutos me trajo el teléfono, se lo arrebaté agresivamente de nuevo, marcando el único número que tenía, el cual contestó en seguida

*Llamada*

-Te lo pensaste mejor niñata? -Hablé. La voz no se podía diferenciar de la otra, ya que las dos veces que llamamos, usábamos un modificador de voz

-E-Eres un hijo d-de puta. -Se le notaba la voz quebrada, me reí descaradamente

-Claro que lo soy, pero más lo vas a ser tú si no quieres que siga matando a tus amiguitos

-Q-Qué coño quieres... QUÉ ES LO QUE QUIERES?!

-A mi no me grites gilipollas, te puedo joder la vida de un segundo a otro, discúlpate

-Lo siento joder.

-Ahora me vas a mandar la puta ubicación de la parejita, y como se te ocurra abrir la boca o mentirme, creo que ambos sabemos quien va a ser el próximo, me equivoco?

-N-No te equivocas... Lo haré

-Muy bien, te llamaremos, esto no acaba aquí.

*Fin de la llamada*

.-.-.-.

El pelinegro salió del auto negro, todas las miradas se posaban en él, por suerte, sus tan míticas gafas de sol tapaban sus ojeras y ojos rojos.

A paso lento entró en comisaría, buscando con la mirada al ruso. Al no visualizarle, se dirigió al despacho de este.

Llamó a la puerta, al no recibir respuesta pasó.

-C-Conway. -Volkov se acomodó en la silla, secando sus recientes lágrimas. -no le había oído llamar. -Dijo serio

-Tienes el video? -El otro asintió. -Quiero que toda la puta malla escuche  la voz de ese hijo de puta 50 veces por día, en cuanto una mísera voz se parezca, le quiero detenido, ha quedado claro?

𝑼𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒐𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅 - (𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒂𝒃𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora