Danmachi: Campeon del rayo

capitulo 5: la invitación y la diosa

Entonces... - su presencia era realmente aterradora, aunque lo superaban en número y todas podrían darle una increíble batalla parecían estar realmente suprimidas por estar cerca de él casi como si perdieran su voluntad de luchar cosa que para un aventurero era peor que perder una extremidad o parecidos.

Ya no se encontraban a la mitad de la calle ni mucho menos, estaban en un pequeño restaurante poco conocido para que el rumor de que las aventureras de la familia Loki se junten con aquel que amenazo a su familia no se extienda como fuego por todo Orario.

Confundiste nuestras intenciones Cranel-san, simplemente nos parecía curioso ver que hacías caminando solo sin equipo ni un grupo al calabozo, es raro ver a alguien aventurarse así al calabozo. – Riveria intento crear una mentira basada en los hechos, pero como si se trataran de los ojos juzgadores de los dioses los de aquel chico parecía ver atreves de sus mentiras.

¿enserio ninguna me dirá la verdad? Entonces me retiro. – se levantó de la silla donde se encontraba con toda la intención de levantarse e irse en ese momento, pero una caballera rubia se movió como si de un rayo se tratase y en cuestión de segundos ya estaba agarrando la muñeca del chico para detener su avance.

¿Cómo eres tan fuerte? Dime. – parecía exigírselo cosa que molesto enseguida a aquel peliblanco, pero decidió respirar y contestar porque a diferencia de otras excusas que daban sus compañeras, las molestas palabras de la chica eran sinceras por lo que no había mentira alguna en ellas. – por favor. – sentía como temblaba, esta chica realmente tenía un problema.

Mis antepasados me sonríen, ¿pueden decir eso ustedes? – esas palabras golpearon a más de una indirectamente pero no tuvo tiempo de pensarlo mucho debido a que tuvo que esquivar el tajo horizontal de una espada, eso puso en alerta a todos debido a que el mismo provenía de la [princesa de la espada] que aparentemente no se había tomado bien el comentario del chico.

¿te estas burlando? – fue la pregunta de rubia que aparentemente fue bastante afectada por el mismo pero el chico parecía imperturbable debido a que le prestaba la mínima atención al berrinche de la princesa por lo que decidió que era momento de retirarse.

Aiz discúlpate en este momento. – fue la orden de Riveria, aunque la espadachina rubia hizo caso omiso a la elfa de cabellos verdes mientras que las dos amazonas estaban listas para interferir si el asunto se ponía realmente serio.

Yo me retiro, un gusto charlar con ustedes. – el chico ya se encontraba caminando a la salida cuando sintió como la princesa se preparaba para un segundo ataque. – no...- fue un susurro que fue escuchado por la mayoría de las presentes por sus agudos sentidos de primera clase. – es mi turno rubio. – fueron segundos lo que le tomo quedar al frente de Aiz con su puño a escasos momento de impactar de lleno en su cara.

Muerte inminente si no te proteges. – eran su subconsciente hablándole, sus alertas estaban al máximo al igual que su defensa, agarrando con las dos manos el mango de su espada, la puso en frente de ella para aplicar toda su fuerza para parar ese golpe.

El sonido de la carne chocando con él metal resonó en cada oído de los presentes, pero el comentario de una elfa peli naranja las hizo reaccionar por fin.

Lo bloqueo, digno de la señorita Aiz. – parecía contenta por el logro de la persona a la que admiraba cuando de un momento a otro vio como [desesperate] la espada insignia de la rubia caía al piso, ella aún seguía en posición de bloqueo, pero no se movía ni emitía sonido alguno cosa que preocupo a sus compañeras.

Es demasiado fuerte. - fue su hilo de pensamiento imaginando la brecha que había entre ella y aquel chico de largos cabellos blancos y sonrisa orgullosa como la de un león que estaba próximo a coronarse Rey, después de ese último pensamiento la chica se desplomo el en piso respirando agitadamente.