7

7.2K 788 232
                                    

Desde que Dynamite se fue hasta que acabó la jornada te pusiste a preparar toda la investigación pertinente a la reciente desaparición de aquél hombre, estabas bastante enojada y estresada pero sobretodo enojada.

¿Cómo se había atrevido ese imbécil siquiera a tocarte? Cuando todo lo que intentabas hacer era ayudar. Ese tipo con el hambre y el cansancio se ponía cada vez más insoportable pero aún así tú nunca le faltaste al respeto.

En ese preciso momento la única razón por la que seguías adelante con tu investigación era que te pagaban, porque si hubiese sido un favor lo habrías mandado muy lejos.

Estabas tan furiosa que cuando apareció Red Riot no pudiste evitar tratarlo un poco mal de lo cual te arrepentiste rápidamente ya que no era su culpa, en la primera oportunidad te disculparías con él por tu conducta.

Permaneciste toda la tarde y la noche obteniendo información y uniendo algunos puntos hasta que inevitablemente caiste rendida por el cansancio quedándote dormida apoyada en tu escritorio.

- Oi!

Te despertó una voz enfadada.

Te levantaste de golpe sintiendo un mareo pero rápidamente te recuperaste y te incorporarse dándote cuenta de que ya era de día.

Te giraste para ver a Dynamite de pie con una mano en la cintura.

- Al fin despiertas.- Dijo éste.- Te he llamado al menos unas cinco veces pero parecías muerta.

Lo miraste haciendo un gesto de desagrado y dándole nuevamente la espalda.

Extragiste una memoria USB de tu computadora y se la diste.

- El informe que pidió.- Dijiste tajante con la boca seca.

Él lo tomó y antes de que dijera cualquier otra cosa te giraste para caminar fuera del despacho.

Bajaste por el asensor y en la primera planta te encontraste con Mizuki.

- ¿Una larga noche?- Preguntó con burla al verte toda desaliñada.- Parece que no te haz bañado en días.

- ¿No tienes casos por archivar Señor Mizuki?- Le respondiste sin siquiera mirarlo y fuiste directo a la salida.

Una vez ahí caminaste a casa, no vivías muy lejos de la agencia, rápidamente te diste una ducha y te cambiaste de ropa, el aspecto de tu rostro era cansado y ojeroso.

Tan rápido como pudiste volviste a la agencia y subiste al despacho al que entraste sin siquiera tocar.

Dentro se encontraban Dynamite y Red Riot en una posición bastante comprometedora.

Red Riot abrazaba a Dynamite y le hacía señas para que lo besara mientras éste le exigía que se alejara.

Cuando repararon en tu presencia Dynamite alejó a Red Riot con un fuerte empujón y este comenzó a reírse de forma nerviosa.

- Lamento que vieras eso T/N.- Dijo Red Riot.

- No es mi problema.- Dijiste llendo a tu escritorio.

- Oi, maldita pasante. ¿Quién te crees para irte de esa forma y por tanto tiempo sin decir nada?- Te regañó Dynamite.

- ¿Que quién me creo?- Respondiste mirándolo iracunda.- Tal vez la maldita pasante que a demás de aguantar a un jefe imbécil y violento se pasó toda la noche trabajando hasta caer rendida y necesitaba ir a casa a tomar un baño y cambiarse de ropa. No espere que luego de su conducta de ayer le pida permiso y le bese los pies, Señor Dynamite.- Respondiste severa.

Maldita PasanteWhere stories live. Discover now