9

7K 717 19
                                    

Hacer patrullaje por la mañana era bastante más entretenido que pasar las primeras horas del día en el despacho de Dynamite soportando su mal carácter mañanero.

Dynamite te dijo que pronto desplazaría tu área de trabajo a un área personal para tí ya que como su agencia había sido retirada del caso de Fatgum no seguirían trabajando juntos hasta nuevo aviso.

Aunque por un lado te alegrabas de poder servir a la agencia en distintos campos y aprender te sentías nostálgica de ya no poder trabajar juntos, aunque era obvio que no podría ser para siempre.

Una mañana al volver del patrullaje fuiste trasladada por la secretaria de Dynamite a una oficina pequeña en la planta de abajo.

-El señor Dynamite me encargó que apenas llegara la llevase a su nuevo lugar de trabajo, señorita.- Te dijo la secretaria muy sonriente abriendo la puerta de la oficina que te correspondía.- Éste es el departamento de patrullaje, el señor se encuentra complacido por su desempeño en las patrullas y cree que es la candidata perfecta para encargarse de la supervisión general de las patrullas y los turnos, básicamente le toca asegurarse de que todos cumplan sus turnos satisfactoriamente y de revisar los informes de cada uno en el turno en el que usted no esté patrullando.

- ¿No es algo pronto para ascenderme así? No me quejo pero apenas hace dos meses que hago patrullaje y mi tiempo en la agencia ha sido demasiado breve, ¿Eso no podría molestar a mis compañeros?

- Si el señor Dynamite en persona solicitó su ascenso nada se puede hacer, cualquier inconformidad tendrá que tratarla con él en persona. Volveré a mi trabajo, la dejo para que pueda familiarizarse con su nuevo entorno laboral y sus subordinados.

La palabra subordinados te sentó un poco mal, no creías tener subordinados tan pronto, obviamente querías escalar pero no tan rápido, la pasantía normalmente debería durar más.

Cuando la secretaria de Dynamite se fue te concentraste en examinar detenidamente la oficina, todas tus cosas habían sido trasladadas a aquél lugar, había un escritorio con una silla giratoria y dos sillitas delante, algunas estanterías y archivadores y una ventanita que daba al exterior.

Suspiraste algo decepcionada, a pesar de que el ascenso te ponía feliz te sentías de algún modo desplazada, Dynamite ni siquiera te lo había dicho él mismo, de hecho se comportaba bastante distante. Ahora te enviaba a otra oficina sin decir nada, como si te quisiera lejos de él.

Odiabas ese ridículo sentimiento ya que era obvio que no sería eterno y además él era tu jefe y no creías estrechar lazos demasiado "cercanos" porque sería muy poco profesional.

Por su lado a Dynamite le molestaba ya no tenerte cerca pero fue la desición que tomó para frenar sus sentimientos.

Kirishima reprobaba totalmente su comportamiento ya que pensaba que su amigo merecía darse una oportunidad pero no logró convencerlo.

Ahora que estabas lejos Dynamite podía concentrarse en su trabajo como se debía sin distracciones.

Una mañana te encontrabas en tu turno de patrulla habitual, cubriendo tu zona cuando te encontraste con un asalto en un callejón, varios hombres rodeaban a un niño de secundaria el cual les extendía su cartera para que lo dejaran ir, sin embargo ellos pretendían llevarselo a él, eran al rededor de cinco así que discretamente pediste refuerzos a la agencia e interveniste.

- Lo siento caballeros, no en mi zona.- Te acercaste a paso firme, las casas que rodeaban el callejón se veían viejas y el espacio era muy reducido, provocar una combustión no era una opción viable, había montones de basura y el fuego se propagaría rápidamente así que sólo te quedaba distraerlos y retenerlos hasta la llegada de los refuerzos.

Maldita PasanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora