21

5.2K 596 212
                                    

- Katsuki...- Dijiste sorprendida.

Él se encogió de hombros avergonzado y con el rostro completamente enrojecido.

- ¿QUE MIRAS?- Gruñó.

- Lo siento, creo que tienes una...- Te interrumpió.

- Sal de aquí, puedo terminar sólo.- Gruñó molesto y el triple de rojo que antes.

Ignoraste su petición negando con la cabeza y comenzaste a mover tus caderas de adelante hacia atrás frotandote contra él.

- ¿Q-que haces?- Gruñó.

- Ya cállate, me hago cargo. Sólo deja de gritar.- Respondiste con la respiración agitada.

- Eijiro está afuera.- Reclamó.

- Otra razón para que te calles.- Dijiste frotandote con más fuerza.

Un par de suspiros se le escaparon y con su brazo sano atrapó tu cintura y comenzó a mover su cadera también.

Tomaste su rostro con tus manos y lo besaste apasionadamente.

- Katsuki...- Susurraste entre suspiros.

Él respondió con un gruñido y se corrió.

Se encontraba regulando su respiración cuando intentaste ponerte de pie para salir, él lo impidió.

- Espera.- Dijo en tu oído.- Tú aún no llegas.

Sentiste como su mano comenzaba a colarse en tu ropa interior y te recorrió un escalofrío.

Comenzó a estimularte lentamente y te abrazaste a su cuello mientras sentías sus dedos dentro de tí.

Gradualmente la sensación de placer en tu vientre comenzó a crecer.

Te aferrarse con más fuerza a él y liberarse un gemido que indicaba el orgasmo.

Te separaste con la respiración agitada y miraste hacia abajo.

- Estás despierto otra vez.- Dijiste.

Kirishima permanecía en la sala rezando sin saber si lo hacía por tí o por él.

Al ver que se estaban demorando decidió relajarse un poco, poner algo de música y preparar la cena.

Puso su banda favorita a todo volumen y comenzó a cocinar.

Al escuchar la estridente música tanto tú cómo Katsuki miraron a la puerta.

- No creo que pueda escucharnos.- Dijo con algo de pena.

- ¿Qué sugieres?- Preguntaste con la sonrisa ladeada.

- Pues estás en una posición privilegiada y yo estoy vulnerable.

- Es verdad.- Dijiste alzandote sobre tus rodillas para hacer a un lado tu ropa interior y comenzar a meter la virilidad de Katsuki en tí.

Ambos soltaron unos cuantos suspiros y comenzaste a moverte.

Él agua estaba chapoteando a su alrededor y Kirishima cantaba a todo pulmón mientras cortaba vegetales.

Katsuki abrió tu blusa y liberó uno de tus senos para besarlo y morderlo un poco.

Te abrazaste a él sin frenar tus movimientos mientras jadeabas con fuerza.

- Oh, el agua ya está hirviendo.- Dijo el inocente Kirishima depositando las verduras picadas dentro.

Ambos salieron del baño envueltos en toallas, habías acabado por quitarte la ropa para no escurrir fuera del baño.

Ambos bajaron ya vestidos con sus pijamas y Kirishima se quedó mirandote por un momento.

Maldita PasanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora