fuego

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Narrador omnisciente:
Neville leía tranquilamente en el salón de su apartamento u esperaba a que Tara llegara de casa de los Potter.

Cuando escuchó la puerta, no se puso nervioso para nada, había pasado toda la noche preparando la sorpresa y estaba listo para dar el siguiente paso.

-He llegado.- dijo la chica algo cansada.- Siento no haberte avisado...las chicas querían... estas bien?- preguntó la chica al ver a Neville leyendo y ni siquiera la miró.

-Estoy perfectamente.- dijo sin levantar su vista del libro.- Sabes? Este libro es muy interesante.
-Pensé que no te gustaban los...libros muggles.- dijo algo confundida.

-He cambiado de opinión.- respondió sin mirarla aún.

Tara ahora estaba muy confundida y algo frustrada, por que se comportaba tan raro? Decidió no decir nada y seguir el consejo de Hermione y Ginny.

Intentó volver a su trabajo pero aún seguía en su cabeza el comportamiento del chico, así que se dirigió de brazos cruzados al salón donde Neville seguía leyendo.
-Por qué es tan interesante ese libro?- preguntó algo desesperada.

Neville finalmente sonrió y la miró. Cerró el libro y se levantó ante la atenta mirada de Tara que estaba de los nervios.
-Quieres leerlo?- preguntó entregándoselo.

Tara tomó el libro con algo de brusquedad y se sentó de golpe en el sofá para empezar a leer el título.
-La princesa de fuego? Este cuento es para niños...- dijo mirando al chico que solo sonreía.

La chica, algo confita por la no respuesta de Neville abrió el libro para encontrarse con algo peculiar.

-Podrías leerlo?- preguntó Neville a lo que ella asintió.
-Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez.- empezó a decir.

El chico solo la miraba fascinado y con emoción, Tara no se esperaba nada de lo que iba a suceder a continuación.

-El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra...intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo...- dijo entonces Neville la interrumpió.

-Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.- dijo dejando a la ch is algo conmocionada y nerviosa.- Vamos, sigue leyendo.

Tara parpadeó unas pocas veces para continuar con la historia.
-El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante....- dijo a lo que frunció el ceño para continuar.

-Por qué no sigues?- preguntó con una sonrisa el chico.- Quiero escuchar el final...

-Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuando trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola prensencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días...

La chica no decía nada, solo miraba ese último párrafo, donde habían letras marcadas.
-Que dicen?- preguntó Neville.- Las letras...

-Te...qui...eres, casar...conmigo...- dijo dándose cuenta de lo que acababa de decir.

Tara miró a Neville quién ahora estaba de rodillas ante ella, con un anillo en la mano.

-Tara...querrías aceptar ser mi esposa? No sabes lo mucho en que he pensado que eres tú la mujer con la que quiero pasar todo el resto de mi vida...que dices?- preguntó algo tímido.

Tara miró el libro para dejarlo a un lado y mirar a Neville.
-No sabes lo mucho que me gustaría.- dijo para acercarse a él y juntar sus labios en un dulce beso que ambos necesitaban en ese momento.

-Te ha gustado la sorpresa?- preguntó riendo el chico.
-Como se te ha ocurrido?- preguntó la chica sonriendo.

-Verás...eso es un secreto que será revelado más adelante.- dijo abrazándola.- Te amo.- Tara miró el anillo que ahora se encontraba en su dedo anular para volver a mirar a su ahora prometido.

-Y yo te amo a ti, Neville Longbottom.- dijo finalmente la chica.

Nadie se esperaría una nueva celebración, Neville y Tara se iban a casar!

Fue una gran sorpresa para todos, especialmente para los chicos que empezaron a entrégale a George 40 galeones.
-Gracias...- decía este contento.

Tara negaba divertidamente mientras que Ginny y Hermione corrían a abrazarla.
-Vosotras sabíais de esto no es así?- preguntó a lo que las chicas sonrieron.

Menuda fiesta iban a celebrar!

between stumbles (Neville Longbottom) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora