Capítulo 11

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Keyla, Jordan y Klaus.

Narra Jordan:

Amaba ese jodido metabolismo, podía comer de lo que sea en la cantidad que sea sin engordar, y no es que engordar fuera malo, pero siempre me había gustado tener mi cuerpo bien trabajado.

—Jordan —retiré la mirada del pastelillo en mi mano para dirigirla a Klaus.

—¿Qué pasa?

—Alguien arrancó las páginas del libro, Keyla piensa que fue Asmodeo e insiste en saber dónde está, vamos a ir a una fiesta para obligar a Asmodeo a darnos el libro.

—Bien, vamos —me puse de pie y sacudí las migajas de pan de mi ropa.

—¿Estás seguro de que estarás bien? —preguntó Keyla en dirección a Belcebú, quien se encontraba acostado en su cama.

—Si tú estás bien, yo estoy bien.

—Bien, espero verte pronto y por favor, incrementa la seguridad de este lugar.

—Mejoraré la seguridad, ahora ve y cuidate.

Keyla le regaló una sonrisa y nos dirigimos a la puerta.

Minutos después entramos a lo que parecía ser un club, la luz era ultra violeta y la mayoría de la gente usaba ropa y accesorios de color neón, había un bar con todo tipo de bebidas, en la pista de baile todos bailan al ritmo de la música, y algunos se besuqueaban entre sí.

—Tenemos que mezclarnos entre la gente —nos informó Keyla, antes de tomarnos a ambos de las manos y guiarnos hasta la pista de baile, una vez ahí comenzó a bailar, pasó sus manos por el cuello de Klaus, y comenzó a bailar le, él al principio se tensó, pero luego comenzó a seguir el ritmo de la música, Keyla quito una de sus manos para posarla en mi mejilla y guiarme a su ritmo.

La música sonaba a todo volumen, y mientras dejaba que el ritmo me guiara, me permití apreciar a Keyla, quién se movía de una manera muy sensual, su mirada estaba alerta a cualquier movimiento, una sonrisa coqueta se ensanchaba en sus labios, Keyla siempre había sido hermosa pero en ese momento noté muchos cambios en ella, tenía mucho tiempo sin verla, era más alta, más segura de si misma y era mucho más sensual, mi mirada bajó por su largo cabello marrón, por su cintura y sus caderas que movía de un lado a otro, pero la aparté rápidamente y preferí perderme en un recuerdo:

—¿Por qué lloras? —preguntó Keyla.

—Kendrick me golpeo por dar una opinión que a él no le pareció.

—Oh —se dio la vuelta, miró a Kendrick.

—Hey tu —lo llamó, Kendrick se volteó hacía ella y sonrió coquetamente, Kendrick estaba encantado con Keyla, pero en ese momento Keyla estaba furiosa con el.

—Golpeaste a Jordan, aún siendo más grande y más fuerte que él, solo porque Jordan dio una opinión que no te pareció, eres un idiota.

—Así es, lo golpeé porque dio una opinión que no me pareció en lo absoluto.

Keyla le dio un empujón que lo hizo retroceder.

—¿Y cuál era esa opinión? —interrogó ella con curiosidad, con su pequeña carita ladeada.

—Su opinión era que tú eras muy fea —contestó Kendrick con un pequeño encogimiento de hombros.

No, ella no era fea, solo había dicho eso para que dejará de gustarle a Kendrick y ella dejara de coquetear con él, quizás quería que me viera a mi y no a él, quizás Keyla me gustaba.

Keyla me miró sobre su hombro, y al instante supo que él no mentía.

—Da igual, su opinión es una mierda, pero aún así no debiste golpearlo — Keyla caminó hasta su cuarto, dejándonos a los dos solos, para reflexionar, a mi sobre lo que había dicho, y a Kendrick sobre lo que había hecho.

La Chica Newell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora