Capítulo 38

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Narra Nexa:

Tapé a Noah con un sabana, y salí de la habitación, planeando recostar me en alguna de las camas, la que fuera, pero entonces Kyler se colocó frente a mi, deteniéndo me el paso.

—Nunca lo dije, pero lamento que perdieras al bebé —dijo regalandome una sonrisa reconfortante.

—Creo que fue lo mejor, no estaba preparada para tener un bebé, y lo que dijo Kal de mi... quizás ni siquiera hubiera creído que ese bebé era suyo.

—No digas eso, Kal es un idiota, pero él nunca hubiera pensado nada como eso.

—Me da igual, cuando todo esto acabe planeo terminar con él —mentiras, no me daba igual, me dolía más que la herida de bala en mi abdomen.

—Aún así se que te duele.

—¿Tú cómo estás? Lía me contó lo que pasó, Klaus no merecía morir de esa forma.

Kyler suspiró.

—Es difícil, Klaus siempre fue leal a mi, y creo que de todos mis hermanos, era el que mejor me entendía, me duele, pero le voy a llorar hasta que todo esto termine.

—Eres muy fuerte Kyler, siempre lo has sido —dije pasándole por un lado, incapaz de mirarlo a los ojos.

—¿Alguna vez te lo has imaginado? —su pregunta me tomó por sorpresa, así que me detuve y giré sobre mis talones, enfrentando me a su mirada.

—¿El qué?

—Lo que hubiera ocurrido si yo me hubiera quedado contigo.

Sí, me lo había imaginado cientos de veces.

—No, el hubiera no existe y si pudiera cambiar lo que pasó, no lo cambiaría, gracias a que me dejaste conocí a Nash, me hice novia de Kal, y aunque las cosas no terminaron bien con él, no cambiaría todo por lo que hemos pasado, Kal es una parte importante en mi vida.

Retrocedí.

—Tienes razón —bajó la mirada a sus pies —el hubiera no existe.

Me pasó por un lado, bajando las escaleras, pero en ese momento el techo se desprendió de la casa, una criatura aterrizó en el suelo, y por un momento pensé que estaba alucinando.

De aspecto hostil, piel escamosa y negra, ojos rojos, garras largas, cuello largo, colmillos filosos, alas grandes y una cola aterradora, la criatura giró su cabeza a todas partes, como si buscara algo, y su mirada se detuvo en mi.

Creo que lo supe en el momento en que aterrizó.

—Es el Wraak.

Kyler, quien era el más cercano a la criatura, retrocedió a pasos lentos, pero la criatura giró su cabeza en su dirección, y con un movimiento rápido lo empujó con su cola contra la pared, con mucha fuerza.

—¡NO! —grité, la criatura desvió su atención a mi.

Y de pronto, la criatura horripilante batió las alas, levantando un aire con olor a muerte y desamparo. Subió en el aire, y luego se abalanzó sobre mi, vi sus intenciones, así que me apresure a subirme al barandal de las escaleras y deslizarme por el, cuando llegue al piso de abajo, me acerqué hasta Kyler.

—¿Estás bien? —pregunté, preocupada.

—Si, estoy bien —contestó con una mueca de dolor en el rostro.

—Bien, sacaré a la criatura de aquí, la llevaré al bosque, voy a entretener la, pon a Noah a salvo.

—No, Nexa, no vas hacer eso, estás loca —pero lo ignoré, volví a correr a un lugar visible para la criatura, levanté las manos en el aire, y las moví llamando su atención.

—¡No lo hagas! —la desesperación en su voz me hizo suspirar y fingir que él no estaba ahí.

—¡¿Me quieres?! ¡Pues ven por mi criatura apestosa! —y me heche a correr, salí de la casa, el frío aire impactó en mi rostro, la lluvia comenzó a empaparme, pero eso no me impidió seguir corriendo, me dirigí hacía al bosque, pero a la dirección contraría a la que estaban los demás, no podía ponerlos en riego, me metí al bosque y corrí, la herida me pálpito, pero no me detuve.

Mis zapatos deportivos se llenaron de lodo, mi ropa se empapó en cuestión de segundos, pero no me importó, ya estaba bien adentro del bosque, pero la criatura aterrizó delante de mi, deteniendo me el paso.

Me miró, como si yo fuera su igual, y no logré entender lo.

Tragué saliva, sintiendo mi garganta seca.

Por unos largos segundos permanecimos así, sin movernos, la criatura me miraba fijamente, yo lo miraba a el.

Se precipitó a por mi, di la vuelta y seguí corriendo, pero resbale por el lodo, metí las manos para no golpearme la cara, y entonces, la miré.

Una espada negra, con un rubí rojo justo arriba de la empuñadura.

No me puse a pensar de donde había salido, me puse de pie y la empuñé, girándome hacía la criatura.

La criatura rugió en mi cara.

—¡Nexa! —escuché el grito de Lía, estaba aterrada.

Justo cuando la criatura se distrajo mirando a Lía, levanté la espada y le descargué un golpe rápido, hábil y mortal. Y cuando la espada cortó el cuello de la criatura, su cabeza cayó al suelo, produciendo un sonido sordo y su cuerpo se desplomó con las alas extendidas.

La sangre salpicó todo mi rostro, brazos, piernas, retrocedí, dejando caer la espada, y sentí un gran dolor en la herida de las garras, supongo que por la fuerza que empleé terminé por abrirla.

—Lo hiciste —Aracnes estaba a un lado de Lía, y sonó más sorprendida que yo.

—Lo hice —me giré por completo y pude visualizar a los demás, Kal, Scott, Kyler, Jordan, los Night, los Arcones y algunos desconocidos que supuse eran los seguidores del Wraak.

Uno de los desconocidos se acercó a mi, Aracnes desefundo su espada y lo amenazó con ella, pero el seguidor siguió caminando, recogió la espada del rubí rojo, puso una rodilla en el suelo, y con ambas manos, la extendió hacia a mi.

—La portadora de la muerte —dijo.

Miré a Kyler, que miraba entré asombrado y cautivado, a Kal, quién miraba la escena con confusión, a Scott, quien me miraba con una sonrisa de orgullo, y por último miré a Lía, que me miraba con alivio y cariño, mi familia, mi extraña y disfuncional familia.

Tomé la espada, pero entonces me vi en vuelta en una niebla oscura y espesa, sentí algo entrar en mi cuerpo, y caí de rodillas al piso.

Escuché voces, pero no reconocí de quiénes, mis ojos de cerraron y muchos flashbacks pasaron por mi cabeza, flashbacks de toda mi vida, desde que era pequeña, hasta ese momento, pensé que moriría, en verdad lo pensé, pero tan rápido como ocurrió... todo volvió a la normalidad. Me puse de pie, y giré a tiempo para ver como el Wraak se convirtió en ceniza, como si hubiera sido incinerado.

Kyler fue el primero en llegar a mi y tomarme entré sus brazos, examinando me.

—La herida ha desaparecido —dijo, miré mi estómago, era verdad, la herida había desaparecido.

¿Pero cómo...? No tuve tiempo de pensar en ello, porque después de todo... ocurrió lo inevitable.

El portal se abrió.

Y entonces comenzó la verdadera batalla.

La Chica Newell Where stories live. Discover now