TITÁN| Levi Ackerman|

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Al día siguiente, Petra estaba en su casa preparando unas galletas para tomar el té, al ir a la puerta por la correspondencia, vio que le había llegado una carta, la chica la abrió y se sentó en la mesa para leer lo que decía, al parecer era de su viejo amigo Eren Krueger.

"Querida Petra

Solo espera un poco más, el enano y los demás ya están aquí, mañana todo esto terminará, sigue distrayendo al titán mandíbula hasta que todo pase.

Eren"

—me alegra saber que todo esto por fin terminará—Petra se levantó y con el fuego de la tetera quemó la carta para evitar alguna posible amenaza

El timbre de la casa fue tocado y eso hizo que Petra diera un salto por el susto, no esperaba a nadie el día de hoy, así que decidió ir a abrir a ver quién era.

—señor Galliard, que gusto verlo—dijo alegremente al ver que de quien se trataba era de Pocco

—estaba de paso por aquí y recordé que vivía cerca y decidí visitarla—el chico rasco su nuca

—llega en excelente momento, justo las galletas y el té acaban de salir, adelante, pase—Petra se hizo a un lado para dejar que Porco entrara

—por favor, llámame Pocco—ese apodo odiaba que sus demás compañeros se lo dijeran, pero si esa hermosa chica se lo decía, no tendría problema en que lo llamara así

—bien Pocco—Petra dejo un plato de galletas y dos tazas de té en la mesa—cuéntame sobre ti, estoy segura que un chico como tú debe de ser muy interesante

Pocco tomó su taza algo sonrojado, pero le pareció algo extraña la manera en que Petra tomaba la taza, la tomaba desde arriba y así la bebía, era algo raro pero no dijo nada para no incomodar a la chica.

—bueno, me uní al cuerpo de guerreros hace siete años para poder heredar el poder del titán mandíbula y convertirme en un marleyano honorario—contó Porco—soy una persona muy divertida, algo romántica y a veces dominante

—vaya, esas aptitudes son dignas de un marleyano honorario—dijo Petra—de seguro eres el mejor de tu grupo de amigos titanes

—no es por alardear pero si, así es, soy el mejor de nuestro grupo—Porco río—ahora cuéntame de ti Petra

—bueno, perdí a mi padre a los trece años y a mi madre a los veinte, una vez estuve comprometida pero el hombre con el que iba a casarme, escapó dejándome sola en el altar—contó la rubia—trabajo haciendo algunos diseños de moda para las familias ricas y siendo sincera, nunca pensé querer entrar al programa de guerreros, el simple hecho de acercarme a esa horrible isla Paradis me pone la piel de gallina

—no le digas a nadie lo que te voy a decir ahora—Pocco se acercó más a Petra—pero haremos una declaración de guerra hacia esa maldita isla e iremos a conquistarla para por fin exterminar a esos demonios

—de verdad me siento tan halagada de tener en mi casa y en mi mesa a alguien tan lindo y valiente como tú Pocco—Petra tomó la mano del chico

—quería saber si te gustaría ir conmigo al festival de mañana, en el cual se llevará a cabo la declaración de guerra—Porco apretó un poco la mano de la chica—podría presentarte con mis amigos y podría invitarte a cenar

—me parece una buena idea—dijo Petra

Porco estuvo un rato más en casa de Petra para platicar sobre ellos y el chico notaba lo divertida e inteligente que era ella, realmente nunca había conocido a alguien tan asombrosa como Petra, realmente quería conocerla más y poder salir con ella, ambos serían una increíble pareja sin duda.

—muchas gracias por todo, estuvo delicioso—Porco y Petra estaban en la puerta

—nos vemos mañana, Pocco—Petra se acercó y dejo un beso en la comisura de sus labios

Cuando el chico camino para ir a casa, toco con su dedo el lugar donde le había dado el beso, sentía como su estómago se revolvía, sabía que esa chica le haría perder la cabeza por completo.