el paraiso abandonado

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Hace mucho tiempo atrás había un hermoso reino llamado Paradise, o si le llamaba yo,  ahí vivía una familia el rey y su hijo un príncipe, un príncipe diferente a cualquier otro, los rumores que se esparcían sobre el que el era raro no era un humano, al menos no del todo, no era como sus padres y por sus diferencias le prohibían salir del castillo, jamás salió ordenes de su padre el rey,  no hasta encontrar algo, una cura, como romper aquella maldición sobre su hijo,  estaba tan desesperado por romper el hechizo el rey intento todo, mientras su hijo solo permanecía oculto entre las sombras y rincones del castillo, tampoco le gustaba que nadie viera sus diferencias,  sin las ordenes de su padres aun estaría oculto en la oscuridad del castillo, solamente para no sentir las miradas de repulsión, miedo, asco de sus súbditos, no quería ser diferente, el mas que nadie deseaba que el hechizo se rompiera, esa esperanza  permanecía, año tras año,  nada cambiaba, mas que la perdida de esperanza del príncipe, cada evento, cada visita, cada fiesta, cada baile todos solo podía observarlos en silencio en la oscuridad oculto ¿Qué mas podría hacer? en un reino como el Paradise todos odiaban la magia, sea blanca o oscura, justo ese día un día antes de su cumpleaños desiste su padre daría una fiesta, un baile para los siete reinos,  anhelaba poder asistir y ser parte de la mágica escena, ver bailar a todos en las vestimentas mas hermosas y elegantes que existían girando al compas de la música hecha por la orquesta debía ser tan mágico como se veía, pero el sabia que sus diferencias eran jamás se lo permitirían o eso es solo lo que le habían hecho creer durante tanto tiempo que había olvidado lo feliz que era, enserio quería ser parte del baile, aun que solo parece que estaba exagerando, enserio quería saber mas y sentir mas,  en los bailes de cada libro que había leído era un escena llena de magia solo pensar y sentir el vivo relato transportándolo al baile  era lo que tranquilizaba sus pensamientos-

Varian- ¿crees que si le pregunto me deje asistir?- dijo el joven de ojos azul cielo con una hermoso libro en mano, mientras desviaba su mirada a su pequeño mapache al único amigo que tenia-no, no , tienes razón todos se asustarían-dijo para justificar su gran temor-

Dandelion-Varian -abrio la puerta de golpe la duquesa del gran vestido elegante, prima y confidente de su padre-

Varian-Dandelion-dijo haciendo una reverencia mirando con cierto temor a la mujer, claro desde que su padre habia enfermado misteriosamente despues de ello la Duquesa comenzo a "cuidar" de el y del su reino-

Dandelion-¿Disculpa?-dijo en un tono fuerte y molesto, demandante por asi decirlo- ¿como me llamaste?-

Varian-yo...yo, lo lamento- dijo asiendo una reverencia- buenos dias Duquesa dandelion- repitio con la mirada baja, la mujer de tez palida y cabellera azabache le miraba irritada un gran ceño fruncido parecia ser su inica expresion-

Dandelion-No bajes la mirada-exclamo con gran molestia-¿cuantas veces debo repetirlo?-cuestiono la pelinegra enojada-Un verdadero principe jamás baja la mirada, el mencionado habia alzado su mirada azul miel-

Varian-lo siento duquesa dandelion-aquella mujer era completamente aterradora y juzgona, siempre miraba con desprecio al joven principe-

Dandelion-viene yo personalmente a  informarte, hoy dare un baile en nombre del rey y-intento terminar la oración pero el entusiasta principe interrumpio a la duquesa-

Varian-¿un baile?¿esta noche?¿puedo asistir?-cuestiono algo entusiasta-

Dandelion-¿que?no-exclamo al oir tal ocurrencia salir del joven principe, el rostro del oji azul cambio a una desanimada- no puedes salir de tu habitacion ¿quedo claro?-el mencionado principe de cabellera azabache solo asintio disgustado enserio queria presenciar el baile o asistir- bien, no quisiera que el reino entero y los reinos vecinos se... asusten al verte- dijo mirando de pies a cabeza con cierto disgusto, aquella mirada verde penetrante que solo irradiaba repulsión-

Varian One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora