~Varian y tú~
~ una vez alguien me dijo hay un mundo infinito de probabilidades infinitas~
~ yo solo pense y en ¿cuantas de ellas nos conocemos?
~¿que esta pasando en otra parte en otro universo?¿nos conocemos?¿estaremos destinado estar juntos en ot...
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¿Alguna vez te lo has preguntado?...
¿Qué hay más allá?¿Que hay del otro lado?¿de me estoy perdiendo?
Las dudas, las cuestiones y los tumultos que esto le causaban al joven de ojos azules, cada que miraba su entorno, se sentía... Inquieto, no, es que no era algo que pudiera describirse, no podía decirse con una sola palabra o con un solo sentir.
Él joven pasaba día y noche pegado en las sobresalientes calizas musgosas preguntándose el como se sentiría salir a explorar, ¿Qué había ahí afuera?. Tenía la esperanza de que algo estaba ahí afuera estaba esperando por él, tal vez una gran aventura o tal vez podría descubrir más de lo que esos libros mencionaban, y esos objetos encontraba.
Cada libro con descripciones de como era cada sensación y sentimiento; hacia que se preguntará el como se sentiría tocar el pasto estando descalza, recostarse en el césped a observar las estrellas, estar sentado bajo un árbol en un día soleado, ver más animales de los que jamás había visto en su vida, tal vez acariciar alguno, había tanto en que pensar, había tanto por explorar y jamás podría hacerlo... Su mirada se despego de la mareada y abrumante vista, hacia su reflejo en las aguas mansas, él jamás podría salir de ahí.
El mundo que tanto anhelaba y deseaba conocer era peligroso para él; la apariencia que lo perseguía no lo dejaría ir más halla del reflejo azul del mar, el joven de cabellera azabache se alejo de la piedra, pues sabía que solo se hacia ilusiones al creer que algún día lograría salir del mar y no solo ser un espectador de un mundo, de un mundo que el no conocía, de un mundo que jamás podría conocer.
¿Por qué no podía conocerlo? Se cuestionó mientras miraba su entorno, el mar; escuchar como sus olas se mueven provocando ese ruido, el fondo del mar, peces de cientos de colores, azules y dorados, corales de distintos colores, rosa, anaranjado, morado, incluso verde azulado; las algas que se movían con la marea de lado a lado.
Un suspiro logró escaparse del agobiado muchacho de mirada divagante, su entorno era... Perfecto pero...
Antes de llegar a topar su topacia mirada con el fondo del mar, en las suaves y granizadas arenas, pudo divisar algo que captó por primera vez en mucho tiempo su atención.
