16.

1K 209 89
                                    

𝖅𝖍𝖆𝖓

Parecía un ángel mientras dormía, un ser inocente y puro al que me dan ganas de proteger y no dejar que le hicieran daño nunca. Sin embargo él estaba herido y bastante.

No podía hacer nada para remediarlo, solo intentar sacarlo de allí y tenderle un hombro donde llorar y unos brazos donde dormir tranquilamente hasta que la tormenta volviera a hacer acto de presencia, porque regresaría. Temía que despertase de su sueño, no quería que abriera sus ojos debido a que no aguantaría verlo como antes.

Con él estaba experimentando de nuevo sentimientos. Todos habían sido agradables hasta ahora, pero un dolor profundo y punzante me apretó el interior cuando lo vi llorar y volverse histérico, gritando por perder a una de las personas más importante de su vida.

Yo no era Zi Yi, ¿cómo podría animarlo?

Agradecía que se hubiera dormido para que no tuviera que escuchar los sonidos de esas bestias a las cuales les perdimos la pista gracias a Cheng. Ojalá su plan funcione o sino sería más duro para todos.

Caminé por un largo tiempo con Yibo en brazos, sus lágrimas mojaron mi ropa al igual que su saliva y sus brazos me rodearon el cuello acercándose a mí y permitiéndome oír en todo momento sus sollozos. Incluso estando en ese otro mundo todavía podía escuchar sus lamentos y su tristeza.

No lloré durante siglos pero verlo en ese estado tan lamentable me hacía tener ganas de hacerlo, aún así me contuve. Él necesitaba a alguien fuerte, que lo comprendiera y dejara que se calmase; no un viliano cuyo corazón se iba volviendo cada vez más humano.

Recordé unas palabras que me dijo el Señor Hao una noche que salimos a cazar. Cheng había ganado gran fuerza y conciencia para controlarse, aunque a veces le costara, por lo que se convirtió en un cazador de primera. Claramente solo tomábamos sangre de animales del bosque, el hombre nunca permitió que atacáramos a las personas, por eso se sintió tan decepcionado con lo que pasó esa trágica noche.

Lo que salió de su boca fue nada más y nada menos que una verdad que en ese momento no comprendí pero que me fue formando como vampiro.

" Recuerda de dónde vienes y sabrás a donde vas "

En definitiva me dijo: recuerda que fuiste humano y protege a los humanos para no dejar de ser uno en el fondo.

Y así viví aún no sabiendo que significaba, no lo supe hasta su muerte.

Una pequeña queja salió de los labios de Yibo y se movió un poco juntándose más a mí. Su respiración chocaba contra la piel de mi cuello erizándola y acariciándola con suavidad. Sus pulsaciones aumentaron y me di cuenta de que ya no dormía aunque hice como si todavía lo hiciera. Creo que él hizo lo mismo y por eso no habló durante un rato, solo se escondía cada vez más en mí hasta que su frente rozó la parte baja de mi oreja y se quedó allí.

No tardé mucho en notar de nuevo ese líquido mojándome, el mismo que caía silenciosamente por sus mejillas trazando un recorrido desde sus ojos hasta su perfil pasando por su boca.

- Puedes soltarme... si quieres - hablaba muy bajo casi sin voz.

No quería por lo que no lo hice. La posición en la que estaba era lo más próximo a un abrazo y, al no ser bueno dándolos, pensé que sería lo mejor.

Quizás se molestaría por no dejarlo, por considerar que si no lo soltaba lo estaba tratando como a un persona débil cuando en verdad creía todo lo contrario. Él era muy valiente y fuerte. Nunca vi a nadie corriendo hacia unos monstruos feroces solo por salvar a alguien, nunca conocí a nadie que pudiera sonreír en medio de una tragedia, a nadie que arriesgara su vida por un triste y amargado vampiro que no fue muy considerado a veces.

𝐸𝐿 𝐶𝑂𝑁𝐷𝐸 𝑍𝐻𝐴𝑁 (𝒁𝑯𝑨𝑵𝒀𝑰) /FinalizadaWhere stories live. Discover now