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𝖄𝖎𝖇𝖔

Afortunadamente, llegamos a tiempo.

El Señor Wu nos condujo por una serie de pasadizos subterráneos que conducían hasta el castillo de los primeriors. Todos esos túneles parecían un laberinto pero él se sabía todo el mapa de memoria, normal teniendo en cuenta que era la mano derecha de Hu Bing.

Él tuvo durante años acceso a la información, por lo que no fue difícil hacerse con documentos, copias de estos o memorizar todo lo necesario. Salimos justo al amanecer de la mansión del jefe de la organización, con un grupo numeroso y preparado para luchar.

No supe en qué momento me había integrado en una guerra civil entre las clases de vampiros. Parecía la trama de una película o algún libro cuyo protagonista tenía el final decidido desde un inicio, aunque claramente no se enteró hasta casi el último capítulo.

Sin embargo, si el guión de esta historia imaginaria pero a la vez real lo requería, seguiría el cliché sin dudarlo.

Dar la vida por amor.

Odiaba esos finales con toda mi alma, tan usados por los guionistas, por los escritores... como una manera de hacer sufrir a los videntes o lectores. Pero a pesar de ello, estaba dispuesto a entregar mi vida por Zhan. Al final me convertí en uno de esos protagonistas, al final terminé por entenderlos.

Si él moría, yo no podría seguir respirando así que mejor morir a vivir sin el ser al cual amo.

Cuando llegamos al castillo, el lugar estaba completamente a oscuras, solo algunos puntos de luz se veía en las esquinas gracias a algún candelabro o vela. Al resto no le importó esa falta de visión pero a mí sí, no podía ver ni el suelo que pisaba provocando que me abrazara a Zi Yi temeroso de caerme y advertir de nuestra llegada.

Entramos por las catacumbas, donde se encontraban la sepultura de otros primeriors. No había ningún guardia en la zona así que fue fácil entrar. Pasamos por puertas y pasillos tanto estrechos como más amplios hasta poder, tras varios minutos, llegar al interior.

Un grupo de avanzadilla se encargaba de los soldados que vigilaban los corredores, matándolos silenciosamente. Pero esto funcionó solo en los dos primeros pisos, una vez en el tercero, la cantidad de guardias aumentó, viéndonos y dando la voz de alarma.

- ¡Rebeldes! ¡Han entrado rebeldes!

La tranquilidad y el silencio se transformó en un abrir y cerrar de ojos en sangre, gritos y gruñidos de dolor.

Cheng y mi amiga me protegían mientras Daniel Wu, su hijo y varios vilianos más peleaban a nuestro alrededor. Los soldados de los primeriors eran menos que nosotros pero, inmediatamente, más de ellos empezaron a llegar desde las plantas inferiores.

Entre todo el caos sofocante para mí, unos chillidos comenzaron a escucharse poniéndome más nervioso. Estaba seguro, una de esas voces... era la de Zhan.

- Zhan. ¡Zhan!

- ¡Yibo, espera!

Nada más escucharlo, salí corriendo en la dirección que creía correcta, sin considerar el riesgo ni la petición de Zi Yi. Él necesitaba mi ayuda, no iba a quedarme de brazos cruzados mientras todos contribuían.

𝐸𝐿 𝐶𝑂𝑁𝐷𝐸 𝑍𝐻𝐴𝑁 (𝒁𝑯𝑨𝑵𝒀𝑰) /FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora