68

2.9K 207 49
                                    

Mila empezó a moverse despacio mientras Mateo acompañaba sus movimientos a la vez que repartía unos cuantos besos entre su cara y cuello, acariciando su cuerpo por debajo de la camiseta.

— me vas a romper el corpiño salame — sonrió al sentir la manera en la que él apretaba esa zona

— te puedo romper la tanga también si queres... — sonrió él achinando los ojos apretando su culo con fuerza mientras tiraba de una de las tiras de la tanga para que le picara en su piel

Ella negó reprimiendo una sonrisa mientras volvía a su boca, pasando la punta de sus dedos sobre la nuca y el pelo de su novio, estremeciéndose con cada caricia, cada beso.

— ¿estás seguro? ¿no estás matado de sueño? — preguntó ella con la respiración algo acelerada. Sabía que se había levantado muy temprano y le daba cosa

— nunca estoy matado para estar con vos y aparte... ¿sabes hace cuanto estoy esperando esto mamita? — negó él con una sonrisa aunque no hubiera dormido por años ese momento no lo cortaba ni a palo

— ¿y para estar con la otra?

— y... la otra por ahí me la baja... — respondió él reprimiendo una sonrisa y llevándose una mirada amenazante de la castaña

—tarado — negó ella mordiéndose el labio inferior

Mila fue bajando sus manos de a poco hasta llegar al borde de la chomba de él la cual empezó a levantar con delicadeza a la vez que dejaba algunas caricias sobre su abdomen, pasando sus uñas para generarle escalofríos.

En todos estos meses ya habían aprendido el uno del otro y por eso lograban disfrutarse al máximo.

— te queda hermosa la de boquita pero se va a tener que ir un ratito... — comentó él mientras le sacaba la remera de un tirón y se sentaba en el borde de la cama para abrazarla con fuerza mientras repartia unos cuantos besos sobre el pecho de su novia

— amigoooo — soltó con una sonrisa cuando se dieron vuelta dejándola a ella abajo

— ¿que pasa? — cuestionó ella

— ese es nuevo... ese no lo tenía... que buena que estás — respondió mojando ligeramente su labio inferior y observándola con detenimiento

— ¿te gusta? — preguntó Mila con una sonrisa. Se había comprado un conjunto negro de encaje que no era por agrandarse pero le quedaba muy bien

— si mi amor... tas explotada... — asintió él reiteradas veces mientras volvía a acercarse

Continuaron con lo que venían haciendo no faltaban los besos, ni las caricias, los apretones y las mordidas, lo que sí sobraba todavía era la ropa.

Mateo comenzó a dejar un recorrido entre besos y mordidas hasta que llegó a la tanga, negra y de encaje, le encantaba.

Jugó un poco con el elástico dejando algunos besos en sus muslos y acariciando esa zona por arriba de la tela de vez en cuando, como de casualidad, para hacerla desear y que le terminara pidiendo lo que realmente quería.

— dale no seas forro... — pidió Mila en un susurro ahogado, que lejos estaba de ser la nena inocente que había sido cuando lo había conocido.

— mira que no podemos hacer mucho ruido... — le advirtió él con una sonrisa mientras mordía despacio parte de su abdomen

— bueno, sisi... — respondió ella sin darle importancia

Él mirándola con picardía y mucho deseo de por medio fue quitando la ropa interior, despacio, sin apurar las cosas.

Chico enigmaWhere stories live. Discover now