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Las cosas iban bien. Mica se había vuelto a Mendoza y con ella los conflictos que habían tenido que atravesar por su presencia.

Faltaba poco para terminar las clases, para cerrar esa etapa tan llena de cosas que era la secundaria, faltaba poco para su graduación y para que sus vidas tuvieran que tomar otro rumbo, mas adulto, mas autonomo, mas independiente...

Era domingo, pasado el mediodia. Pedro había tenido una recaida asi que habían pasado la noche en el hospital y como a las 6 de la mañana recien Mateo había podido volver a su casa. Emi era el unico que estaba despierto mirando una pelicula cuando Mila toco la puerta.

— ey Mila... — sonrío el chiquito abriendole la puerta

— hola hermoso... ¿como estas? — preguntó ella

— bien, todo bien. Mateo esta durmiendo todavia nose si te conto pero...-

— si amor, ya me contó... me imaginaba que estaba dormido...

— ¿que es eso? — preguntó Emi curioso viendo unas bolsas

— traje papitas, helado y unas golosinas...

— uhh que rico... ¿y para mi hay?

— si obvio... es más traje casi todo para vos... a la tarde comemos y buscamos una peli ¿queres? — le sonrío Mila acariciando ligeramente su cabeza

— sii que piola... hay una nueva que queriamos ver con Mateo...

— bueno entonces ya nos ahorramos perder tiempo viendo que ver... genial... — asintió Mila contenta — ¿Mateo esta en su pieza no?

— y si Mila... — sonrió Emi

— bueno pibito... no te me hagas el malo conmigo... — río ella haciendole cosquillas

Le encantaba sentirse tan comoda en la casa de él, su familia siempre la recibia con muchisimo amor y era algo de lo que estaba muy agradecida.

Despues de charlar unos minutos mas con Emi guardo las cosas en la heladera y subió las escaleras para dirigirse a la habitación de Mateo.

Sonrío al verlo dormido, boca abajo, su espalda desnuda, un rayo de sol que se colaba por la ventana le pegaba en el brazo. Se lo veía bastante en paz, con la boca ligeramente abierta y el pelo bastante alborotado.

Mila se saco las zapatillas y se acosto a su lado, en el pequeño espacio que quedaba, comenzado a pasar sus uñas suavemente por la espalda, cuello y pelo de su novio.

Le dolía que tuviera que hacerse cargo de tantas cosas con los apenas 18 años que tenía, y quería hacer todo lo posible por alivianarle la carga, aunque tampoco tenía mucho para hacer.

— mmm... — soltó él en un gruñido dandose vuelta mientras la abrazaba colocando su cabeza en el pecho de su novia

— hola mi amor... — sonrío Mila pasando su pierna por encima de las piernas de Mateo mientras empezaba a acariciarle la cara y el pelo con paciencia

— ¿que haces aca bebita? — preguntó él con la voz ronca de recien levantado

— te vine a joder un ratito... ¿me dejas? — respondió ella apretandolo con fuerza

— si pero si dormimos un ratito mas... — le pidió él

— bueno dale... te dejo dormir un ratito mas... — sonrío Mila dejando un par de besos en su cara

Se quedaron un buen rato abrazados, Mateo durmiendo, Mila disfrutando de su compañia, cargoseandolo un poco.

Cuando verifico que se había dormido, salió de la cama con la intencion de cocinar algo para que almorzaran ya que era bastante tarde.

Chico enigmaWhere stories live. Discover now