El cielo había soleado, la gente iba trotando como caballo en todos lados y continúe mi viaje con una gran emoción por llegar al fin a Londres.
En la gran plaza donde el mercado es beneficiado, fui alli corriendo a buscar a un hombre con carreta y caballos para mi partida. inesperadamente, había más de uno para realizar este oficio, eso me ánimo mucho.
Fui a pedirle mi solicitud de viaje a un hombre alto con un traje casual gris y sombrero negro, su carreta estaba en un mal descuido; era fácil de notar por la pintura desgastada. Aunque sus caballos parecía más formidables y capaces para un recorrido muy largo. Aunque él tuviera la apariencia de alguien descuidado, me pareció confiable y fácil para negociar.
-Buen día, señor. Necesito ir a un viaje, si me ayuda yo lo recompenso con está cantidad -dije para luego otorgarle la bolsa de dinero.
Se puso a contar las monedas y luego me miró con una gran sonrisa en el rostro -. Aceptó trato.
Me había alegrado bastante por considerar mi oferta, mas no sabía que un joven de dieciocho años vendría con su guitarra a negociar con el mismo sujeto.
-Buen día para esta mañana, deseo un viaje para mi solamente -el muchacho de pelo castaño, le entrego una cantidad al señor.
El hombre pensativo al ver la ganancia del chico, pero mi lengua se adelantó para realizar una discusión -. Vine primero. Lo lamento, pero debes buscar otro lugar para hacer tratos.
Se había molestado por mi comentario, pero antes que pudiera responder con groserías y golpes, el chófer nos silencio para dar una aclaración.
—Llevaré al que esté más cerca, sólo díganme a dónde quiere ir —fue la condición que dio el hombre.
—Yo voy a Londres —hablé yo.
—Al igual que yo —habló el otro.
—Entonces, ambos vendrán en este viaje.
Aunque parecía algo forzado llevarnos a los dos juntos, era una forma agradable de resolver este dilema. Afirmé con la cabeza y empecé a subir en la carretera, el chico estaba al igual de acuerdo con los términos, así que decidió sentarse a mi lado.
Como si el viento llegará de la nada, empezó nuestro recorrido con una aventura y pequeñas charlas. Cada quien se presento a su manera.
—Soy Fredrick Payne —habló el músico.
Posee una guitarra en la mano, el talento de su angelical voz y el hermoso sonido de las cuerdas lo hacían recorrer la mitad del mundo con sus bellas canciones.
—Soy Fredrick Anderson —habló el jinete.
Un domador no era para nada, no obstante, si tenía cariño a su trabajo y sus dos fieles acompañantes caballos; Aunque el camino para el sea largo, teniendo compañía lo hace ver corto.
CZYTASZ
Evan: El Niño Aventurero
PrzygodoweUn niño maravilloso se siente atraído de la necesidad de ayudar a los demás. Viendo de la pobreza, sabe muy bien que todo el mundo es necesitado, hace todo por sobrevivir, pero también ayuda al que lo necesita. Tras saber que su enfermedad le impid...