En diciembre siempre es un período de invierno que muchos en Inglaterra sean acostumbrados al cálido frío. Los copos de nieve solía ser un hielo diminuto, pero cuando habían más de un copo, toda la tierra se formaba en una ciudad blanca con lagos y rios sólidos.


Pero no solamente era un mes invierno. Como muchos saben en el ayer, hoy y mañana, la navidad se festeja en cada madrugada.

El 25 de diciembre eran días duros en nuestros malos momentos. Cuando eres pobre o un trabajador, la vida no se disfruta por la fecha que muchos tienen dichas. De pequeño recibía poco a comparación de muchos niños, hasta en 1953 fue una fecha mala para mi familia y para mí.

Con los éxitos de Charlotte, las navidades fueron diferentes de lo que nosotros acostumbramos. Era un nuevo comienzo que poco a poco nos fuimos adaptando.

Annie fue conmigo a celebrar su cuarta navidad con mi familia. La primera vez que la celebramos en la mansión de Charlotte, al principio creí que era una persona reservada e inculta de las costumbres que se tiene en la reunión, sin embargo, demostró mi equivocación y pudo hacer amistades con mis sobrinos. No tenía confiaza de nadie, no obstante, tenía fe en mí y con eso se sentía segura al estar presente en cada festividad.

Estábamos Annie y yo en un carruaje de cortesía de mi familia. Mirábamos el paisaje hecho de hielo y pintado de blanco en cada hogar o local.

Annie era una persona enérgica a ver tantas decoraciónes y tantas personas trabajando duro por el gran oficio que hacían en esa fecha. Mientras que yo era lo puesto a ella; tenía las expectativas bajas, me tranquilizaba con tan solamente ver la ciudad en movimiento, no me sentía vacío, pero tampoco tenía tantas emociones a comparación de mi alocada amiga.

Sus manos quedaron pegadas a las ventanas del transporte, su vista solamente quedó hipnotizada por las preparaciones que hacía la gente y la inmensa felicidad en su rostro nunca faltó.

-Cada año mejoran las navidades con esos exquisitas galletas de jengibre y esos maravillosos brownies -dijo Annie mientras observaba mi falta de interés hacia sus grandes afanes-. Debes estar alegre por ver a tu madre.

Mi rostro estaba acostado en mi brazo que era apoyado en la puerta del carruaje. La atención la tenía el movimiento de los caballos, dando paso a un ritmo neutral.

-La verdad si lo estoy, pero no hay porque emocionarse de una manea irracional e infantil -aclaré de una forma muy seca.

Ante mi actitud sabia que ella estaba molesta, soltó un ligero suspiro y luego concluyó nuestra corta charla con su expresión de enfado.

-Eres realmente aburrido. No pones emoción a tus aventuras conmigo.

El resto del camino me ignoró, permaneció en silencio mientras agarraba a la pequeña criatura con ambas manos.

Moad era gato con una piel similar a un guepardo. La mira ves que lo vi fue algo que lleno el corazón de mi amiga con tan sólo estar presentes para ella en los malos momentos o en malos ratos. Annie me contó que cuando apareció Moad en su vida, fue un gran misterio de que lo haya encontrado en un bosque sosegado en el suelo.

No es tan peculiar llevar mascotas en cada año de navidad, pero sabíamos que eso no cambiaría nada.

Habíamos llegado a nuestro destino, la puerta del carruaje fue abierta por un hombre bien vestido y nuestras botas tocaron la tierra invernal quedando cada pisada marcadas por la nieve.

El viento soplaba con tanta tranquilidad, mi cabello bailaba al ritmo de la naturaleza y la risas de mi carismática compañera de viajes no hizo falta.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 10, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Evan: El Niño Aventurero Where stories live. Discover now