38

1.7K 249 12
                                    

–¿Por qué mierda debo vestir esto?–. Dijo Katsuki con sus mejillas coloradas y el ceño fruncido.

–Vamos Suki... hazlo por mí...–. dijo la pequeña albina con ojos llorosos.

Katsuki solo la veía con su mismo rostro. No quería vestirse de puta vaca.

Eri quería jugar a la granja, y ya algunos tenían sus disfraces. A él lo tomaron desprevenido y lo raptaron a ese lugar, solo recuerda haber estado recostado en el pecho de Shoto.

Cuando volvió a despertar ahí estaba, con esos animales dando un gran escándalo.

Suspiró resignado.

–Tsk... Bien–. acepto a regañadientes, para después ver la gran sonrisa adornando el rostro de Eri. Quién tomo su mano para llevarlo con los demás.

.

.

.

Estuvieron tres horas, tres malditas horas jugando a la granja. Hacía demasiado calor, y que la niña quisiera hacerlo creíble, los llevo a dónde el sol estaba pegando a todo lo que da.

Su piel iba a broncearse.

Fue por un vaso de agua a la cocina, para después regresar a la sala de estar y echarse en un sillón, tomando el vaso de agua para recostarse y cerrar sus ojos.

–Si lo bonito fuera pecado, tú no tendrías perdón de Dios.

Sin siquiera abrir sus ojos sabía que aquellas voz le pertenecía a Shoto. Sonrió subiendo sus brazos para tomarlo del rostro y jalarlo hacia el suyo, besando sus labios, pues hace horas que no los sentía y ya los extrañaba.

–¡Iida, Shoto se está comiendo a Suki!–. Grito la albina asustada.

𝗣 𝗜 𝗥 𝗢 𝗣 𝗢 𝗦▕  Tᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ  Where stories live. Discover now