62

1.1K 173 5
                                    

Shoto había invitado a Katsuki a pasar el fin de semana en su casa. Obviamente el rubio acepto aquello.

Pero no sé esperaban que Fuyumi, su esposo e hijo también se quedaran el fin de semana.

Y no, un niño no arruinaría sus planes.

Al contrario, se volvió parte de ellos.

Ahora mismo el pequeño estaba acostado en el pecho de Katsuki, mientras el estaba recostado en el de Shoto.

Los tres estando recostados en el suelo cuál gelatina derritiéndose.

–Katsuki.

–¿Mh?–. Volteó a verlo.

–Como quisiera que estuvieras en mi frutero, mango podrido, porque ya te pasaste de bueno–. Sonrió tirando una nalgada.

–¡Deja de hacer eso!–. Gritó poniendo una mano sobre la espalda del pequeño para no hacerlo caer.

Ambos terminaron sentados ahí mismo, pero Shoto recibió un golpe.

–¿Acaso yo te enseñe a decir ese tipo de cosas?–. Dijo el hombre acomodando sus lentes y cruzandose de brazos.

–No. Digo, si–. Sonrió de medio lado.

–Katsuki, ¿Podrías ir a acostar a Haru?, Por favor–. Sonrió al rubio.

Katsuki asintió levantándose para irse a la habitación del pequeño, dejando a padre e hijo solos en la sala.

–Tu y yo, seriamente debemos hablar–. Le dió otro golpe con el periódico en la cabeza.

𝗣 𝗜 𝗥 𝗢 𝗣 𝗢 𝗦▕  Tᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ  Where stories live. Discover now