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–¿Y esta?–. Pregunto terminando de acomodar su camisa.

–Amigo, te digo que todo te queda bien sin importar que te pongas–. Dijo la pelirosa recostada de manera perezosa en el sillón.

–No es tan fácil como tú crees–. Contestó el con el ceño fruncido.

–Por supuesto que sí. Solo llegas y dices; “Buenas noches, si, soy el novio que su hijo se cena cada noche sin falta. Incluso soy su desayu- ¡Auch!–. Fue interrumpida por un golpe que Katsuki le dió.

–¡Para ya con eso!–. Grito con sus mejillas rojas.

Ashido solo lo miro, para después soltarle una media sonrisa.

–No lo negaste.

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–Saludar, cenar, conversar e irnos...¿O quedarnos?...–. Se repetía una y otra vez a si mismo.

Tendría una cena con su suegro y cuñados hoy. No era la primera que venía, aún así, eso no le quitaba los nervios de cometer algún error.

Llegó a la gran casa de los Todoroki.

Llevo una mano a su boca, para ver si su aliento era bueno. Alzó sus brazos en busca de mal olor, pero no, su olor y aliento eran buenos.

Con sus piernas temblando ligeramente y sus manos soltando pequeñas gotas de sudor camino a la puerta.

Dando leves toques, siendo Shoto quien fue a abrirle.

Pero, el estúpido no decía nada, aumentando sus nervios, ¿Acaso no se veía bien?.

–Un pintor pintó una rosa, un pintor pintó un clavel; pero artistas son tus padres que hicieron tan bello ser–. Se acercó para tomarlo de los hombros y besar su frente–. Ven, vamos adentro.

Era...raro que Shoto le diera besos en la frente. Ya que, solo lo hacía en ocasiones como cuando...

Que lo hiciera ahora, lo dejo con las hormonas al tope.

𝗣 𝗜 𝗥 𝗢 𝗣 𝗢 𝗦▕  Tᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ  Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz