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Jiang YanLi yacía en el asiento del copiloto, Zixuan iba mirando en su dirección, asimismo como a la carretera. Definitivamente tenía a una esposa muy bella. Creyó que era una bendición de los cielos que ella haya llegado a su camino.

— ¿Qué tanto admiras? — giró su cabeza hacia la derecha, pensando que observaría lo mismo que Zixuan, pero no. Sólo habían autos, buses y motocicletas en pleno tráfico.

— Lo hermosa que eres, que tanto Jin Ling como yo, fuimos bendecidos contigo.

— Zixuan, gracias a vosotros por ser parte de mí — colocó su mano por encima de la de su esposo.

— Tenías razón, había mucho tráfico hoy. Es una suerte que no hayamos traído a Jin Ling con nosotros.

— A-Zhan estará esperando por nosotros. Se lo explicaré y espero que me disculpe. En verdad quería estar ahí con él.

— Tranquila, seguro te regañará por disculparte. Así que, no pienses mucho.

— Zixuan, yo...— balbuceó. Agachó la mirada, y se perdió en sus propios pensamientos.

— No bajes la mirada, cariño. Dudo mucho que sea algo malo como para que...Oh, estamos a veinte minutos de llegar a la iglesia — le informó a su esposa.

— Tuve sueños, nuevamente soñé que tú y yo...

— No debes hacer caso, ¿entiendes, cielo? — se detuvo en el semaforo rojo.

— Es que han sido tan repetitivos. Así que tomé mis propias precauciones.

— ¿Cómo cuáles? — ya faltaban segundos para avanzar. Por mientras, observó a su esposa.

— Envié a nuestro pequeño con Wen Qing.

No hubo respuesta por parte del mayor más que un simple asentimiento de cabeza. Sonrió porque él no se había enfadado, sólo pisó el acelerador, y ella decidió mirar por el lado de su ventana.

Sus ojos se abrieron de golpe cuando vió las luces del bus muy cerca de ellos. El grito estremecedor de Zixuan le hizo quedar en shook, sus oídos comenzaron a palpitar, y pronto sintió un peso llevándola hacia atrás.

...

— ¡Yo me opongo!.

Esas tres palabras habían dejado a todos atónitos. Pronto, los murmullos comenzaron a escucharse en cada rincón de la iglesia. Xiao Zhan abrió los ojos de golpe y sonrió. Por su parte, los demás tenían la quijada hasta casi llegar al piso. Wang Yibo gruñó y se acercó primero.

— ¡ChuYue! — exclamó Xiao Zhan con un ápice de alegría en su rostro.

— ¿No invitas a tu mejor amigo a tu boda?. Ya, muy mal, muy mal, dientes — abrazó al menor con sumo cuidado.

Xichen le tocó el hombro a su hermano para poder relajarlo. Probablemente el menor echaba fuego por los ojos y no querían discusiones ese día de la boda.

— ChuYue, yo...— tomó la mano de su amigo. Éste le sonreía como si nada pasara, e iba a agregar algo más, pero una mano se interpuso entre ambos, y Xiao Zhan pronto supo quién era.

— Wang Yibo, mucho gusto. ¿Primero nos das tiempo para declararnos esposos? — apretó la mano del individuo. Sonrió en cuanto asintió.

Xiao Zhan negó un poco divertido, pero su sonrisa se esfumó. ¿Dónde rayos estaba su shijie?. Miró por todos lados y sólo dio con el pequeño Jin Ling. Quiso acercarse y preguntar, pero Yibo le indicaba que debían continuar.

Destiny - YiZhan Où les histoires vivent. Découvrez maintenant