16 Una vida

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La casa era enorme, el hombre se mantenía quieto en sus aposentos mirando una foto que había conservado en perfectas condiciones, la misma foto decoraba todo su cuarto, de manera tétrica, en todos los tonos posibles, el rojo sangre parecía no importarle, y el solo podia pensar en el por que no le saco una foto cuando aun vivía, y no cuando fue el final de su vida, miro la foto tan hermosa y preciada para, para luego mirar la foto que le había tomado a Jungmin. No había cometido el mismo error, desde el momento que tubo a Jungmin con el le había sacado millones de fotos, y en si las cámaras ni siquiera eran por seguridad, si no que eran para mirar a la niña todo el tiempo.

Los ajos azules como el mismísimo mal, cabellos dorados como el oro que el tenia en sus bodegas, piel blanca como la nieve, eran algo que el amaba, la niña era  igual a la hermana de Park Jimin, y al mismísimo Park Jimin, amaba ese toque asiático que tenían sus facciones, algo que lo había hecho volver loco por ese tipo de personas, había tratado de buscar el rostro de la hermana de Jimin por todos lados, se había ido a Alemania a buscar ese rostro, pero para suerte de estos el no encontró a nadie, para el todos carecían de gracia, sus rostros no tenían ese toque asiático que los coreanos poseía naturalmente, no le importaba, hombre, mujer, no le interesaba el genero mientras tuviera lo que el buscaba, ese rostro tan hermoso con el que había desarrollado una obsesión compulsiva, podia recordar el miedo que tubo cuando la señorita Park hermana de Jimin le mostro a su bebé, eso era algo que nunca olvidaría, el rostro de la nena, los ojos de ella, recordaba cuando miro al padre de la criatura y enfureció a tal punto que lo mato en medio de una locura y gritos que nunca se escucharon, y unos alaridos desgarradores salieron de los labios de la madre de Jungmin.

El hombre ese día odio al mundo, el padre de la criatura era un hombre de cabellos negros azabache, ojos negros oscuros como la noche, y una piel no tan clara, que no era un bronceado era hereditario, miro a la mujer y sintió que era una estúpida por mesclar sus genes tan hermoso con un hombre que no valía la pena según el.

La nena que tubo esa mujer era igual al padre, ojos negros, cabellos color negros oscuros, piel bronceada, pero con solo con una diferencia, era endemoniadamente parecida a su madre, cada rasgo que su rostro tenia era igual a ella, pero no le importo, el ese día se dio cuenta de que amaba lo que la mujer era, su rostro, su tés blanco, cabellos rubios, y ojos azules eran lo que el amaba, pero por separado eran detestables para el.

Pero no paso mucho cuando encontró a otra niña, una que era digna hija de los Park, digna de ser familiar, de Park Jimin y su hermana. 

No negaba que quiso tener a Jimin en cuanto supo de el, lo busco, pero nunca lo hallo, no lo encontró hasta que el chico se hizo presente en la televisión, lo siguió en todas sus redes y le escribió rezando para tener suerte y este le respondiera, lo acoso a tal punto que investigó todo el rubio, era el hermano de su primer obsesión, aunque el prefería decirle "mi primer amor", nunca pudo tocar al rubio, el chico estaba fuera de su alcance, era famoso, todos reclamarían su desaparición, y se volvió mas imposible cuando empezó a salir con otro cantante, algo que le molesto de sobremanera y hasta planeo como matarlos.

El hombre nunca pudo hacer nada, el rubio no tenia a nadie con quien amenazarlo, estaba solo, y hasta onde sabía el único que parecía importarle era su novio, pero el chico ya estaba protegido por un trato que el había hecho con los padres del chico, y le extraño cuando el chico vino a el, recordaba cuando el rubio le respondió un mensaje en Instagram, recordaba cuando el rubio le dijo que ya sabía quien era, que también lo había investigado, cosa que el hombre se tomo como un halago, ya que creyó que el rubio estaba tan interesado en el que llego hasta a investigarlo.

Su emoción llego a tal grado que espero todos los días los mensajes del rubio, esperando que este viniera a el, como lo hizo al final, lo apreciaba como un trofeo, lo quería para el, lo quería hasta que pudiera gastara cada parte de el, cuanto pudiera, cuanto le durara, al final lo desecharía cunando la dulce niña que criaba fuera una mujercita, había hasta pensado en que el chico tuviera un hijo en el futuro con la niña que seria una mujer, así tener a ese tipo de ser humano solo para el, para nunca saciar su obsesión por esas pobres personas.

SEDUCEME -KOOKMIN +18Where stories live. Discover now