01.- Atrapada en un armario

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

01.- Atrapada en un armario

La culpa era de Luka. Eso era innegable.

Su hermano nunca se había dejado encerrar dentro de un armario, ni cuando eran pequeños y le dijeron que no podía tener un novio porque era un chico. Juleka recordaba claramente su "¿quién lo dice?" en respuesta y la cara que se le había quedado a su tía Marie. Le había admirado, seguía haciéndolo cada día, porque Luka había aprendido a aceptarse a sí mismo sin permitir que nada ni nadie hiciese mella en ello. Luka había salido con un chico del conservatorio, ahora estaba enamorado de Marinette y hablaba de ello con naturalidad.

A Juleka le frustraba ser tan diferente a él en ese aspecto. Sabía que su madre la aceptaría sin problemas, del mismo modo que lo había hecho con Luka, no era ante ella que tenía miedo, era frente al resto del mundo y, sobre todo, ante Rose.

Rose y ella eran amigas casi desde que gateaban. Rose era su mejor amiga. Rose era una de las pocas personas que la comprendían sin problemas, la que siempre estaba ahí cuando el pánico se abría paso a través de su pecho y se enredaba en su garganta tratando de asfixiarla. ¿Cómo iba a enfrentarse a su posible pérdida? No soportaba pensar en esa posibilidad; prefería morirse que aceptar que eso pudiera ocurrir.

Su lado racional trataba de decirle que Rose no la apartaría, que era una persona de mente abierta, que aceptaría el hecho de que fuese lesbiana con la misma naturalidad con la que había aceptado la relación entre Marc y Nathaniel. Lo sabía. Pero Juleka se había enamorado de su propia mejor amiga, estaba enamorada de Rose y su reacción le aterraba.

Luka le había insistido para que se lo dijese. Luka que lo veía todo tan fácil que, por un instante, su optimismo se le contagió. Y había tratado de hacerle caso, pero había ido sumando fracaso tras fracaso y ya no le quedaba valor para nada más a parte de sentarse a su lado y ser su amiga, como siempre.

—¿Has visto que guapo sale Alí en este reportaje?

Claro, también estaba el príncipe Alí a quien Rose admiraba y por quien suspiraba, incluso la habían akumatizado por él. Rose amaba a Alí, lo tenía clarísimo.

—Sí —respondió distraída.

—Ayer me envió un email para decirme que pronto volverá a París y que le gustaría que nos viésemos. ¿Verdad que es genial, Juleka? —pronunció emocionada agarrándose a su brazo—. Tienes que venir conmigo, ¿eh? Porque si me pongo a hablar descontrolada necesito que me detengas.

—No creo que lo necesites, a Alí le gustas tal y como eres.

—Pero es que me pongo muy nerviosa, por favor, Juleka, eres mi mejor amiga.

Lo era. Lo sabía. Tenía que apoyarla, eso también lo sabía, ¿pero cómo? Ella no era como Luka, no sabía cómo quedarse a un lado y apoyar de manera incondicional a la persona a la que quería mientras se lanzaba a los brazos de otra persona.

—Luka...

—¿Qué?

—Que tengo cosas que hacer con Luka —replicó azorada al darse cuenta de que había estado a punto de maldecirlo en voz alta.

—Pero si aún no te he dicho el día.

—Ya, pero es que nos llevará tiempo, porque es para... su grupo, el otro, el del conservatorio.

Los ojos azules de Rose centellearon con emoción, Juleka se dio cuenta de que había sido la peor excusa, que Rose se lanzaría de cabeza a ayudar con ese proyecto que no existía y la pillaría.

—¡Os ayudaré!

—Pero tienes que prepararte para Alí.

—Puedo hacer las dos cosas a la vez. Será genial. Nos lo pasaremos genial.

Al acabar las actividades en el club Juleka regresó al Liberty casi a la carrera, irrumpió en la habitación de su hermano que estaba con Marinette. No llamó a la puerta y, con las mejillas rojas, agradeció no haber interrumpido ninguna sesión de besos o mimos y que estuvieran perfectamente vestidos, porque tampoco tenía muy claro qué tipo de relación era la que mantenían.

—¿Juls?

Sus ojos castaños deambularon entre ambos, sacudió la cabeza y entró a paso firme cerrando la puerta de un golpe.

—Código rojo. O negro. Desastre.

—Cálmate, ¿qué pasa?

—Rose. Alí... música...

Marinette se puso en pie, preparada para dejar la habitación y que pudiesen hablar con tranquilidad, pero las manos de dedos largos y delgados de Juleka se cerraron en torno a sus brazos con desesperación.

—Ayudadme.

—Siéntate y cuéntanos qué pasa —rogó Luka dando palmadita en el colchón a su lado.

—Alí viene —barbotó dejándose caer a su lado arrastrando a Marinette con ella—. Rose está emocionada y quiere que la acompañe. Yo... le he dicho que tengo que ayudarte con una cosa del otro grupo y...

—¿Por qué le has dicho eso? —preguntó Marinette desconcertada.

—Porque...

Porque era idiota, era una mala amiga, puede que también una mala persona que merecía caerse en una alcantarilla en un día de lluvia.

Suspiró agobiada.

—Porque no puedo ir —susurró resoplando—. Porque no sé cómo verla con él.

—Juleka, tienes que hablar con ella.

—¿Y qué le digo? Hola Rose, olvídate de Alí, yo te quiero, estoy loca por ti.

Miró con pánico a Marinette. Acababa de decirlo en voz alta ante a alguien que no era Luka. Movió las manos al borde la histeria, Marinette le sonrió.

—Yo no soy quién para dar consejos amorosos —murmuró echándole una mirada de soslayo a Luka—, pero deberías de decírselo a Rose. No así, claro.

Juleka se tragó las ganas de replicar que lo hiciera ella con Adrien si tan fácil era; soltarlo habría sido injusto y habría herido tanto a Marinette como a Luka.

—No puedo. Luka, finjamos que trabajamos en algo, por favor.

—Es una mala idea, lo mejor sería que fueras sincera con ella —contestó su hermano—, pero ya sabes que tienes mi apoyo, Juls.

—Gracias —susurró y miró a Marinette a la espera de saber si la apoyaba o no.

—Yo también te ayudaré.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Junio es el mes del orgulloso y, este año sí, voy a subir algo acorde. La idea es subir un capítulo por día de entre 1000 y 2000 palabras, algo como el fictober, pero sin lista de prompts.
Los comentarios homófobos y bífobos serán reportados y eliminados.

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