16.- Esconderse es de cobardes

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

16.- Esconderse es de cobardes

Se encerró en su cuarto en cuanto llegó a casa, su madre no le preguntó nada. Había vuelto a reaccionar de una manera exagerada a causa del miedo y la inseguridad. Y había gritado. Hasta Alix la había mirado como si fuera una persona nueva y extraña. Y lo peor no era eso. Lo peor era el modo en que le había hablado a Rose, como si la culpa de sus sentimientos fuera de ella y también la responsabilidad de su estabilidad emocional.

Juleka, tirada en la cama, miró la foto de Rose y ella que tenía como pantalla de bloqueo, en ella ambas sonreían, eran felices, todo estaba bien. Era idiota. Desbloqueó el móvil y le mandó un mensaje a Luka:

Llámame.

Si estaba en clase tardaría en hacerlo, si estaba en el auditorio ensayando no vería el mensaje hasta la noche, si estaba estudiando a lo mejor la ignoraba. Necesitaba que le dijese que era idiota y que dijera en voz alta lo que ella ya sabía que tenía que hacer, pero que no se atrevía.

Volvió a bloquearlo, lo dejó sobre la cama y cerró los ojos. Estaba cansada. Estaba triste.

El tono de llamada la despertó, vio la foto de Luka y se apresuró a contestar sin preocuparse de su voz de dormida.

—¡Luka!

—¿Ha pasado algo, Juls?

—Creo que esta vez la he cagado, pero de verdad —musitó haciéndose un ovillo—. Y que es posible que no pueda arreglarlo. Porque necesitaría una máquina del tiempo para hacerlo.

—¿Estás hablando de Rose?

—Le he dicho que no quiero seguir siendo su mejor amiga.

—Ya. ¿Y le has dicho por qué?

Juleka suspiró, lo había intentado, pero no lo había conseguido.

—No, le he dicho algo raro e indefinido.

—Tienes que aclararlo con ella, no puedes dejarlo así.

—¿Cómo, Luka?

Él rió al otro lado de la línea.

—¿De verdad necesitas que te diga lo que ya sabes?

—Sí, supongo.

—Muy bien, pues escúchame bien —musitó con tono pausado. El sonido cambió y Juleka supo que acababa de poner el altavoz, lo que significaba que estaba en su cuarto—. Aunque sea difícil decir abiertamente lo que sientes, tienes muchas otras maneras de hacerlo. —Las notas del violín acompañaron sus palabras, era raro porque la voz de Luka era la guitarra, pero cuando tocaba el violín lograba tranquilizarla como si le cantara una canción de cuna—. Puedes hacerlo con tu música, ese es un idioma que Rose entiende también. Puedes escribirlo si te resulta más cómodo. Pero lo mejor es que se lo digas directamente.

—Así, sin más.

—Así, sin más —repitió él tocando algunas notas nerviosas—. Puedes hacerlo. Sé que tienes miedo, es normal, pero tú eres valiente, aunque te cueste verlo o creas que no lo eres.

»¿Sabes que es lo que no hace la gente valiente?

—No, ¿qué?

—Esconderse. Porque esconderse es de cobardes.

—No soy valiente, soy una idiota.

—Puedes ser las dos cosas —replicó riendo. Un pizzicato llenó la línea telefónica haciéndola sonreír—. Juls, si no te sientes preparada para hacerlo sola, estoy seguro de que Marinette te ayudará.

—Creo que ya he molestado bastante a Marinette por una larga temporada.

—Marinette te quiere y está preocupada por ti, al menos habla con ella y dile que estás bien.

Juleka rió algo más relajada, entre la conversación y la música, se sentía reconfortada casi como si todo fuese a las mil maravillas.

—En realidad sólo estás preocupado por tu novia y me estás dando la charla porque la he puesto nerviosa.

—Valiente e inteligente —replicó con tono divertido—. Me has pillado, sólo te aguanto porque le caes bien a Marinette.

—Oye, Luka, sé que ya lo sabes, pero Marinette y Adrien... no quiero que te haga daño.

La música cesó y un suspiro resonó.

—Juls, no es algo de lo que tengas que preocuparte —pronunció tranquilo—. Sé lo que hay, sé el riesgo que comporta. Si me hago daño no será culpa suya. He sido yo quien le ha pedido probar, así que no la culpes, no estés alerta con ella. ¿Entendido?

—Entendido. Pero no puedes prohibirme que me preocupe por ti.

—Ni que yo lo haga por ti. Habla con Rose, no me hagas encerrarte con ella en mi cuarto.

—Eso no funciona, lo han hecho Alix y Mylène y ha acabado mal.

—Porque no te conocen lo suficiente, mi plan no fracasaría.

—Gracias por escucharme, Luka.

—Siempre que lo necesites.

Para cuando colgó se sentía muchísimo mejor. No podía hablar con Rose en el instituto, tendría que hacerlo fuera y cuando estuviera un poco menos tensa con la situación.

Abrió el chat con Marinette y escribió:

Lo siento, me estoy portando de una manera un poco rara. Gracias por ser mi amiga.

Marinette estaba en línea, su mensaje se marcó como leído y al momento la vio escribir:

¿Estás bien? Sé que has dicho que no te encontrabas bien, pero me ha dado la sensación de que había pasado algo malo.
Ya sé que no soy tu mejor amiga, pero me importas mucho y estoy preocupada.

No iba a contárselo por mensajes, sin embargo, no podía dejarla así, se había preocupado por ella y la había estado apoyando desde el primer minuto.

No pasa nada. He discutido con Rose, pero lo arreglaremos.

La respuesta de Marinette llegó casi al instante:

Me gustaría poder ayudarte más. ¿Quieres que hable con Rose? Porque puedo hacerlo, pide lo que necesites.

De acuerdo, Marinette era una gran amiga, y le había costado darse cuenta de ello.

Escribió su respuesta:

Estoy bien. Lo arreglaré. Gracias.
Buenas noches.

Bloqueó el móvil. Y se acurrucó en la cama. Hablaría con Rose el sábado en el Liberty, con calma, sin gente ajena. Porque esconderse era de cobardes y ella no lo era.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Hoy tenemos un poco de Luka para amenizar el día.

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