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—¡¿Cómo se te ocurre irte caminando?
—Porque no quería seguir esperando y además Raccon City no queda lejos
—¡Es de noche, mensa!
—Veo una gasolinería, nos vemos luego
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Rodaste los ojos mientras guardabas tu teléfono en tu bolsillo trasero. Dirigiste tus manos hacia tu mochila, la sostuviste mejor para después empezar a caminar.
Miraste el cielo. Ya estaba algo oscuro y además empezaría a llover. Gruñíste.
Viste una luz detrás de ti, volteaste, venía una Jeep negra detrás de ti, lo que hiciste hacerte a un lado para que no te empezaran a decir de cosas.
Pasó al lado de ti con una velocidad, hasta que viste que también se estacionó en la gasolinera.
Habías llegado y viste que también estaba un carro de policía con la puerta abierta. Frunciste el ceño.
Miraste a la Jeep negra, viste que de ella salió un jóven de chaqueta negra, se dirigió a echar gasolina.
Caminaste hasta la entrada, frunciste el ceño. Todo estaba oscuro. Volteaste de nuevo con el chico, él te miró para después regresar a lo suyo.
—Ésto es raro — susurraste mientras abrías la puerta.
Tomaste tu teléfono y prendiste el Flash.
—¿Hola? — preguntaste
Seguía sin verse nadie. Miraste el lugar donde se cobraba y tampoco se veía nada.
Caminaste hacia el otro pasillo, al fondo habías visto a un policía en el piso.
Te acercaste.
—Oh por dios — comentaste asustada
Tenía una cortada en el cuello, o al menos eso pensabas, ya que le salía demasiada sangre
—L-llamaré a una ambulancia — trataste de desbloquear tu teléfono
Hasta que policía tomó tu mano
—Vayase lejos, n-no...no vaya a Raccon City...es...es un... infierno — trató de hablar lo más buen que podía
—¿D-de qué habla?
El policía se recargó en la nevera, para después cerrar los ojos.
Abriste los ojos como platos
—Señor...señor...— trataste de despertarlo, pero todo fue en vano, había muerto
Llevaste una mano a tu pecho, tú corazón latía al mil, trataste de respirar. Mientras respirabas, agachaste la cabeza.
El joven de antes estabas detrás de ti, hasta que tocó tu hombro y rápidamente llevó su mano a tu boca.
Tú trataste de gritar.
Él rápidamente volteó a verte, muy de cerca, te hizo una señal de que hicieras silencio, tú, sin comprender aún, solamente hiciste caso.
Él asintió para después tomar su antebrazo y llevarte hasta la salida del súper.
—Mierda — lo oíste decir
Lo miraste, viste que sacaba un arma
—Tranquila, soy policía — comentó mientras volteaba a verte
—¿Q-qué es eso? — preguntaste mientras mirabas detrás de él
Viste una mancha roja en el vidrio
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Tratabas de respirar, aún no podías creer lo que habías visto. Pensabas que esos caníbales estaban locos.
—Tranquila, tranquila — trató de consolarte — está todo bien, en el departamento nos podrán ayudar
Tú sólo asentiste
—¿Tú eres la que iba caminando por la carretera?
Asentiste
—Bueno...era muy peligroso pero me alegro de encontrarte — pausó — Leon Kennedy y ¿tú?
—Muller, Jackie Muller — respiraste ondo — m-mi mamá trabaja en Umbrella, estaba por ir a verla
—¿Umbrella? Bueno, espero que nos puedan ayudar
Asentiste
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León y tú habían vivido la noche más infernal y escalofriante de sus vidas, y a pesar de todo eso, habían logrado sobrevivir.
—Vaya noche — comentaste cansada mientras caminaban por la carretera
Se alejaban de la ciudad
Él rió
—Oye...siento mucho lo de tu madre — comentó Leon sincero
Tú no sabías qué sentir al respecto. Es decir, sí te sentías triste porque después de todo era tu madre pero ella era una de las causantes de que el virus saliera de las oficinas de Umbrella.
—¿Así que policía eh....— trataste de cambiar de tema — después de ésto mereces un cargo más eh
Rieron
—Iba a venir la semana pasada pero me dijeron que no...— bufó — sin tan sólo..
—Hey, hiciste lo que pudiste, créeme, todos estarían orgullosos — comentaste serena mientras tomabas su antebrazo, después, lo soltaste — eres un gran policía
—¿Que planeas hacer después de todo ésto?
—N-no lo sé, lo más seguro es que me salga de la casa de mi padre e irme a otro lado
—En mi apartamento tengo un cuarto vacío...
Lo miraste
Él rápidamente empezó a toser, después, se rascó la nuca
—Digo...puedes quedarte el tiempo que quieras, a mí no me molestas, después de todo...ya sabes
Sonreíste
—Gracias Leon
Él sonrió
Tú te acercaste más hacia él, pasaste una mano por su espalda, trataste de abrazarle por su abdomen.
—Aún queda mucho por caminar — susurraste
A pesar de haber tenido la peor noche, también se habían vuelto muy unidos y eso que se acababan de conocer hace pocas horas.
