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Aún con el dolor que tenías en tu estómago, tomaste un palo de metal y pudiste darle en la mera cara al tipo lagarto que te perseguía. Asustada y cansada, te recargaste en la pared. Miraste tus piernas, estaban moradas del frío, y es que la bata blanca no te ayudaba para nada, por suerte le habías podido quitar un suéter a un cadáver que estaba por ahí...no te agradó mucho la idea pero el frío era poderoso.
Rusia era el hogar del frío.
Llevaste la mano hasta tu herida y finalmente decidiste caminar hasta la salida, oías disparos a lo lejos pero no querías arriesgarte a que te volvieran a atrapar, saldrías de ahí tú sola.
Caminabas por un pasillo, que igual tenía celdas, mirabas una por una, por si alguien quedaba con vida, pero nada. Hasta que oíste un tipo de crujido, trataste de caminar más rápido hasta esa celda. Y ahí estaba el rubio, tratándola de empujar con su poder sobrenatural.
—Mierda, debe de haber algo por aquí — comentaste mientras mirabas a todos lados — te ayudaré, lo prometo
Y en eso, Wesker lanzó el pedazo de metal, por suerte, no te dió. Estabas algo sorprendida, pero ya habias visto de todo lo que eran capaces en ese lugar, así que de sorprenderte mucho...no.
—Oh...ya veo que puedes solo — comentaste mientras tratabas de seguirle el paso
Iban a la misma dirección
Wesker no quería distracciones y justo habías salido de la nada.
—Mi nombre es Juliet
Él no respondió.
—¿Cuándo te trajeron aquí? — preguntaste — yo no sé cuánto tiempo llevo aquí...sólo sé que estamos en febrero y que es mi cumpleaños — trataste de sonreí un poco — justo estoy buscando la salida, podemos salir de aquí juntos
Wesker paró en seco, te miró, te escaneó. Él jamás sintió pena por alguien hasta que te conoció, en realidad te mirabas fatal, ellos en verdad te habían hecho demasiado daño.
—¿Qué tienes ahí? — preguntó mientras apuntaba tu abdomen, justo donde tenías tu mano
—Oh...tuve una operación hace unos días y por mala suerte me atacó algo...un tipo lagarto...me duele desde entonces — respondiste sin darle mucha importancia — ¿tú cuánto llevas aquí?
—Apenas llegué
—Oh vaya...me alegra saber que no te tocó soportar todo — río levemente
Bien, estaba en un pequeño debate. Era malvado pero no un monstruo...y tú eras la primera a la que decidió ayudar realmente, eras la primera persona por la cuál no quiso ayudar para sacar provecho... simplemente le nació.
—Tengo unas cosas qué hacer...has todo lo que yo te diga y no digas absolutamente nada...¿de acuerdo?
Asentiste
🍀
Estabas sentada en el piso, tu herida empezaba a sangrar un poco y morías del frío. Estaban afuera de las instalaciones, el sol empezaba a salir.
—Oh...extrañaba tanto sentir el sol — murmuraste feliz — ojalá ahora pueda hallar a mi hermano
Wesker halló el contacto de Chris, le envió exactamente su ubicación (obviamente de manera anónima) y te miró.
—Vendrá alguien a ayudarte, Juliet
Era la primera vez que pronunciaba tu nombre.
—Gracias, extraño
—Llámame Wesker
Sonreíste un poco
—Wesker, gracias por ayudarme, sin ti, no lo hubiera logrado
—Lo sé — empezó a caminar, Chris no tardaría en llegar — ahora eres libre
—¿Volveré a verte?
—¿Por qué querrías volver a verme?
Alzaste levemente los hombros
—Quizá...¿para darte tu saco? — preguntaste mientras lo apuntaba
Oh si, otra obra de caridad por parte de él, darte su gabardina negra para cuidarte del frío.
—Hazme un favor, pelinegra
Le pusiste atención
—A las personas que lleguen...no les menciones de nuestro pequeño encuentro
Asentiste
Wesker te miró por última vez, disparó a algo para después caer de ahí mismo, desapareciendo frente a ti. Jamás habías conocido a un hombre con tremendas habilidades, es decir, habia luchado contra un hombre dentro de las instalaciones y tenía mucho conocimiento de informática. Además de que era sumamente elegante. Pero odiabas que fuera egocéntrico.
—¡Aquí! — alzaste la mano
—¡Una superviviente! — gritó chris mientras se acercaba hacia ti — Descuida, estarás bien, te cuidaremos
—Gracias — agradeciste mientras tratabas de agarrarte de Chris
Él te cargó y te bajó con los demás, esperando el siguiente helicóptero. Wesker veía todo de lejos, sonrió socarrón. No quería admitirlo pero le alegraba que salieras de ahí, prácticamente en el poco tiempo que estuvieron juntos, le habías contado el cómo habías llegado ahí y todo lo que habías visto. Se hizo justicia.
Ahora, sólo quedaba seguir los siguientes planes y si les tocaba volver a cruzarse, no iba a negar en pasar tiempo contigo.
