Albert Wesker

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Masajeaste levemente tus hombros. Estabas en una especie de curso que tenían los "principiantes" del departamento de Policía. Estaban toda la mañana haciendo ejercicios y ese tipo de cosas, puramente físicas. Y estabas muerta.
Y como ya casi nadie estaba en la comisaría, decidiste darte una ducha rápida.

—¿Irás a la fiesta del viernes? — oíste a Kevin

Hiciste una leve mueca, tratabas de evitar será grosera, porque estabas hambrienta y cansada.

—No lo creo,estoy muy cansada y lo único que quiero es dormir — trataste de reír un poco — ahora iré a darme una ducha...así que...hasta mañana

Alzaste la mano levemente, Kevin te dió una mirada como de "disculpa" e imitó tu acción para después bajar por las escaleras.

—Mierda...no debí insistir — murmuró Kevin mientras bajaba el último escalón, saliendo hasta la ala principal

—No, amigo, no debiste — murmuró Wesker mientras salía del pequeño cuarto, después,se asomó por el pasillo y aprovechando que no habia nadie, subió los escalones, hasta el tercer piso,donde estaban las duchas.

A pasos silenciosos, subió los escalones,hasta llegar a las duchas.
Te quitaste la ropa y te metiste, dejando caer el agua medio tibia en tus hombros...y como no te gustaban para nada los masajes, sólo te acariciabas un poco los hombros.

Wesker escuchó el sonido del agua caer, hasta que empezaste a tararear una canción. Él sonrió.
Caminó hasta ahí y abrió un poco la cortina.

Estabas por gritar hasta que rápidamente te tapó la boca, no le importaba mojarse un poco el brazo,.ya que tenía la manga doblada.
Tú solamente tratabas de taparte el cuerpo.

—¿ESTÁS LOCO? — gritaste casi en susurro

—¿Por qué te tapas? — preguntó sereno

—Estamos en la comisaría, alguien puede venir y vernos

—Justo le acabas de decir a Kevin que ibas a darte la ducha, lo más seguro es que le avise a los demás y no tienes que preocuparte de nada

—Wesker...déjame darme una ducha — murmuraste mientras tratabas de sacarlo de ahí

Sabías que te miraba, así que rápidamente quitaste las manos de sus pectorales y rápidamente te tapaste.

—¿por qué te tapas? — insistió

—déjame bañarme, ¿si? — preguntaste serena — estoy cansada por los malditos cursos y...

—Bien, déjame te ayudo

Lo miraste de mala manera

—No soy una bebé, Wesker, puedo sola

—Déjame ayudarte

Wesker estiró la mano, tomando el shampoo, puso algo en sus manos y empezó a masajear un poco tu cabello.
Tú estabas parada sin hacer nada, parecías niña pequeña.

—Cierra los ojos — murmuró

No dijiste nada, sólo los cerraste.
Sentiste el shampoo caer desde tu cabeza hasta el piso, así pasó unos minutos y finalmente abriste los ojos.

—La esponja y el jabón,por favor — comentó de repente para después quitarse los lentes.

Te encantaban los ojos de Wesker, eran preciosos. Azul cielo.
Tomó las cosas que le diste, la mojó un poco y poco a poco la esponja estaba llena de jabón.

Tomó tu brazo y empezó a tallarlo con cuidado.

—¿qué tanto me ves? — te miró de reojo

—nada...sólo me gustan tus ojos, son hermosos — murmuraste

El rubio no dijo nada, sólo empezó a tallar tu parte de arriba hasta que hizo que enjuagaras.

—Yo hago mis piernas

El rubio rodó los ojos para después darte la esponja.

—Ya es lo último, puedo sola

Wesker cerró frente a ti la pequeña cortina y volteó a la banca de atrás, ahí estaban tus cosas limpias.
Tomó ambas toallas,esperando a que salieras.

Finalmente,enjuagaste la esponja y cerraste el grifo.
El rubio se acercó de nuevo,abriendo la cortina.

Te pasó una toalla, sobre todo tu cuerpo, como si fuera cortina, después la otra la puso en tu cabello, así sin más.

—Oye — dijiste algo indignada

El rubio la movía un poco,tratando de secar tu cabello,hasta que la quitó.

Suspiraste.

—Siéntate

Obedeciste, te sentaste en la banca.

Wesker abrió tu maleta pequeña,buscando tu ropa interior,hasta que halló la parte de arriba.

—¿ya te secaste bien?

Asentiste.

Te quitó levemente la toalla de la parte de arriba, estaba vez no estaba de pervertido con tu cuerpo, así que fue algo muy tranquilo y acogedor. (Aunque te gustaba que te dijera uno que otro piropo).

—Gracias — murmuraste mientras buscabas el peine

Él estaba incado, abrochándote los tennis hasta que te miró.

—¿que tienes? — preguntaste confusa

Wesker estaba muy serio y jamás estaba así contigo.

—¿saldrás con Kevin?

Frunciste el ceño

—No, sólo me ha estado preguntando si iré a la fiesta del viernes pero le dije que no...¿por qué?

—Te ha estado insistiendo toda la semana

—Kevin es bien cabezota, pero si algo te molesta...sabes que el único que me gusta eres tú — trataste de sonreír un poco para después tomar la bola de pelos que se había formado en tu peine y tirarla a la basura — aunque no entiendo qué te molesta exactamente...Wesker

—Tú eres mía

Reíste un poco nerviosa mientras le dabas un leve golpe en el brazo.

—¿ah si?

Asintió para después sacar sus lentes y limpiarlos un poco, se los puso de nuevo.

—Sólo él no me gusta porque sé que le atraes

—Pero él a mí no

—Dile que somos pareja

Frunciste el ceño

—Wesker...creeí que...bueno...no diríamos nada porque así lo dijiste y...

—Sé lo que dije — respondió rápidamente — pero olvídalo, dile que somos pareja y ya

—Lo que digas...capitán — murmuraste, tratando de contener una gran sonrisa, tomaste tu mochila, ya lista para irte.

—Te llevo a tu casa — estiró la mano

—¿cómo?

—Dame la mano y ya, no me importa quién nos vea

Resident Evil |One Shots|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant