𝐀𝐬𝐡𝐄𝐢𝐣𝐢 - N̶o̶t̶ ~𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝙴𝚇~

Relajando al "jefe"

Ash estaba muy cansado, realmente cansado.

Pero el estrés era lo que no le cabía.

Estar recolectando información sobre el banana fish, escondiéndose de Dino, ordenando los trabajos para todos, era agotador. Aparte de estar herido.

Solamente trataba de pensar que todo eso era por su Eiji, que era para protegerlo.

Y así todo valía la pena. Todo.

– Hola, Ashu! – abrazo por los hombros detrás del sillón a su Aslan. – ¿Qué pasa? Momento equivocado...? –

– No, no digas eso. Dejaré el trabajo un rato, estoy demasiado estresado, siento que la cabeza me explotará. –  dijo mientras se movía el cabello.

– Estás estresado, cariño... – dijo Eiji cambiando el tono. Rodeo el mueble y delicadamente se sentó en sus piernas. – ¿Quieres que te quite todo ese estrés? No tienes que hacer nada. – dijo comenzando a besar el cuello del rubio.

– Ei-ji ¿Qué haces? – dijo con voz temblorosa, su Eiji no era así.

– Mi trabajo, Jefe... – susurro en su oído.

– ¿Ah, sí? ¿Cuál es ese? – comenzó a acariciar la espalda del japonés.

– Desestresarlo, soy el único que puede hacerlo... ¿No, jefe? – bajo a los hombros de Ash y siguió dejando besos mojados.

– Sólo tu, amor. – dijo mientras cerraba los ojos y dejaba caer su cabeza en el respaldo del sillón.

– Así me gusta, Jefe. Déjese consentir. – quitó la camisa de este y la dejo a un lado. Esto para seguir bajando sus besos por todo el torso. Inclino a Ash para poder besar cómodamente su estómago.

El pelinegro pasaba su lengua por los músculos marcados de su pareja.
Su sixpack ligeramente marcado por tanto esfuerzo, Aslan no lo sabía, pero le calentaba tanto verlo así, cabeza hacia atrás, disfrutando y acariciando su cabello.

Bajo aún más comenzó a bajar su pantalón.

– Eiji... ¿Qué haces? – dijo con confusión en sus orbes verdes.

– Ya se lo dije, desestresando al jefe... No te preocupes, Aslan, dejate hacer. ¿Sí? – la respuesta del rubio fue dejar caer su cabeza de nuevo.

Esto lo tomo como un "Sí", bajó el pantalón, dejando unos boxers rojos a la vista que portaban una erección medianamente dura.

Se bajó del sillón y se puso entre las piernas de su amor.

Dejo una lamida encima de la tela, logrando que el otro soltará un jadeo. Volteo a verlo y conectaron miradas.

– ¿Sabías que te ves muy sexy con el rojo? Te queda bien, mi cielo. – dijo sonriendo.

Ash solamente se sonrojo ligeramente por verlo así, entre sus piernas, con cabello revuelto y sonrojado.

Ante la atenta mirada del rubio, el pelinegro siguió lamiendo encima de la tela.
Bajo hasta los testículos, pego su rostro y lo subió. Causando que acariciara toda la extensión con su cara.

Ash vió la acción de su tímido novio y dejó salir un gemido. Adoraba ver a Eiji así, muy pocas veces tenían tiempo para intimar, en la guarida con todos los chicos y tanto trabajo, no podían simplemente hacer algo y ahora menos con la lesión del rubio.

Pero eso no quitaba que amaba ver a Eiji así, cuando era atrevido aunque con vergüenza.

Llevaban de relación varias semanas, aunque no era tan formal por la situación de Dino, después de su segundo beso y hacer el amor, se volvieron muy cercanos, pero de forma romántica. Solamente a solas.