𝐀𝐬𝐡𝐄𝐢𝐣𝐢 - N̶o̶t̶ ~𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝙴𝚇~

Trans boy

El sonido que sus salivas creaban en medio del fogoso beso era evidente en aquel apartamento oscuro y solitario.

Un rubio tomaba entre sus brazos al asiático que se apegaba a su pecho rodeando su cintura con sutileza. Ambos compartían un beso tosco y caliente del que bebían ansiosos mientras la excitación subía por sus entrepiernas.

Las manos grandes con un toque pálido acariciaron el rostro de rasgos rasgados y definidos que lucían jóvenes y frescos, sintiendo la piel suave al tiempo que sus labios gozaban del jugoso beso.

El moreno apretó la cintura estrecha entre sus brazos al sentirse tan mojado en su entrepierna, un beso podía volverte loco de los labios indicados y el lo estaba experimentando. Suspiró en medio del contacto dejándose llevar por su sala hasta recargarse en un sillón donde el rubio se dejó caer con su cuerpo encima de el.

La boca rosacea ahora recorrió el dulce cuello almendrado que al tacto se disfrutaba caliente, amaso con sus manos las caderas del extranjero que jadeaba encima suyo, sólo para arrebatar la prenda que le impedía gozar del tacto de dicha piel morena. Escucho un jadeo agudo y como el cuerpo del chico se tensaba.

— Ash. — susurró nervioso al sentirse tan expuesto frente al, relativamente, nuevo conocido, soltando ese acento que hacía que el apodo del hombre rubio tuviese una tono de estornudo.

— ¿Pasa algo, precioso? — preguntó sin detener sus manos a lo largo del tronco posterior, pasando por la espalda con la lentitud necesaria para pasear en dirección de los pezones canelas.

— No... — negó con su cabeza al tiempo que lo decía, la manos pálidas se sentían curiosas en esa zona era diferente después de la operación. Intentaba no lucir inseguro ante su desnudez pues no acostumbraba hacer esto y menos con alguien tan hermoso.

— Si te incomoda algo dímelo, Eiji, quiero que ambos disfrutemos esto. ¿Sí?— el nipón asintió lento ante él. — Incluso si deseas parar, dímelo, no pasa nada. — agregó acercándose al pecho plano y brillante de su acompañante.

— Tú igual... — respondió antes de jadear, le gustaba mucho que lo besaran en esa zona.

Casi deseo gemir cuando el chico debajo suyo metió uno de sus pezones a su boca humeda para succionarlo, se acomodó encima del regazo ajeno para también aportar al encuentro mientras vivía por el placer que eran sus botones al ser chupados de esa forma tan delicada e intensa. Sintió mojarse entre sus piernas y jadeo más fuerte cuando la lengua traviesa del americano pasó por una de sus cicatrices debajo de su pezones.

Sus miradas se conectaron de nuevo sólo para volver a besarse, ayudando a desvestir al otro.

El rubio jadeo excitado cuando el boxer mojado sobo su erección mientras el moreno besaba con ahínco su cuello y hombros, apretó las caderas para restregarse un poco más contra la humedad que comenzó a mojar su propia ropa interior.

— Iré por los condones y lubricante. — anunció levantándose del hombre que le miraba lujurioso.

Volvió rápido, se encontraba muy caliente y sólo deseaba sentir un poco más al hermoso chico con el que acordó tener sexo en aquel antro ruidoso. Esta vez no subió a su regazo, sino que se hincó entre las piernas largas de muslos gruesos para quitar el boxer y dejarlo a un lado para inclinarse y lamer el glande rojizo que lo esperaba duro y suave a la vez.

Gimió suelto ante la boca para hundir sus falanges en la cabellera negra que suave recibió su contacto. El chico engullo la mayor parte de su miembro duro y goteante, que chupo deliciosamente entre sus labios carnosos y cálidos. Automáticamente movió sus caderas ante el placer que el asiático le brindaba con sólo su boca, gimió cuanto quiso dejándose llevar ante lo caliente que se sentía ante la imágen tan gloriosa. El extranjero era realmente bello.