Felación // Control

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El chico pelinegro se encontraba esposado con las manos a la espalda, un aura excitante inundaba la habitación.

–Mírate... Tan lindo. – comento el rubio.

El japonés estaba hincado ante el, sumiso y callado. No tenía permitido hablar mientras su dominante no lo permitiera.

– Habla, cariño, habla. Adoro escucharte, corazón. – acaricio el rostro.

– ¿Qué haremos, amo? – dijo con voz tranquila.

– ¿Ansioso? – rió. – Chuparas mi pene, corazón. – tomo un látigo entre sus manos y lo acaricio.

– Y sino quiero? – reto.

– Igualmente lo harás, esto no es una maldita democracia. – paso el látigo por el rostro del asiático.

– Per- –

– Abre. – señaló con el objeto la boca. Este negó terco.

El rubio estaba parado, portaba unos pantalones negros opacos tipo piel. Tomo la cabeza del chico hincado y restregó la cara en su entrepierna.

– Mira como me pusiste, es tu culpa. –

– Yo no hice nada. – insistió.

– Oh no... Y esa cara tan atractiva? – preguntó con una sonrisa. – No puedes negarte, al fin y al cabo ya estás esposado y de rodillas, totalmente desnudo para mí. –

– Amo... – intento hablar. Sintió una erección cubierta de piel pegada contra un lado de su rostro.

– Shhh... – calló. Comenzó a desabrochar su pantalón, abriéndolo solamente de cierre y botón, sacando su miembro y testículos. – Abre. – volvió a decir. El chico no hizo caso, así que dió un latigazo en la mejilla de este.

– Ahh! – exclamó con reclamo.

– Abre la maldita boca! Saca la lengua. – subió ligeramente el tono. El pelinegro volvió a negar. Así que tomo de los cabellos y jalo. – QUIERO QUE TU MALDITA BOCA CHUPE MI PENE COMO UNA JODIDA PALETA. – tomo el mentón y lo apretó. – No me hagas enojar, para esto sirves, zorra. – apretó ligeramente el cuello, pero lo suficiente para ser brusco. El chico no reaccionaba, así que por último, dió una fuerte cachetada en el rostro con rasgos asiáticos. Haciendo sonar el golpe por toda la sala.

– Ahh~~ – por fin se dió por vencido y abrió la boca.

Empujó la cabeza, hundiendo su miembro hasta el fondo. Escucho los sonidos de atragantar. No le importo. Volvió a empujar, dando embestidas a la garganta.

– Lamelo, pequeño prostituto. – ordenó, dejando el miembro enfrente del rostro lleno de lagrimas.

– Aghhh... – se acercó y lamió el pene de mala gana. Se maldecía. Lamió la longitud por un lado, después por el otro. Hasta que chupo el glande y comenzó a hacer un vaivén.

– Ahhhhhh! Justo así. Eres tan bueno en esto. Luces tan caliente. – hablaba entre gemidos el rubio. – Mírate, estás duro. Qué sucio eres. – rió. – Si te atreves a morderme, te daré una golpiza. – advirtió antes de dar con el látigo fuertemente en una de las piernas desnudas.

– MMM! – gimió el pelinegro con el pene en su boca. Sus manos apretandose en puños en su espalda. Cerro los ojos fuertemente, sintiendo más golpes con el objeto de cuero. En su espalda, glúteos y piernas.

– Mírame. – el chico abrió los ojos y miro su estómago plano. Se sentó cómodamente y acomodó al otro. – A los ojos, no te hagas estúpido! – subió el tono.

𝐀𝐬𝐡𝐄𝐢𝐣𝐢 - N̶o̶t̶ ~𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝙴𝚇~Where stories live. Discover now