¿Una sola noche?

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Disfruto el son de la música mientras bebía de su vaso frío, no sabía qué estaba bebiendo, sólo asintió cuando el chico de la barra le dijo un nombre extraño y exótico. Le daba igual, estaba en New York para divertirse y olvidarse de sus odiosos problemas con las olimpiadas de invierno.

Si ganaba se llevaría la gloria, si perdía se ganaba el odio de su equipo. Daba igual todo.

Tenía mucho calor, parecía que comenzaba a sofocarse con el pasó de los minutos. Ya había perdido de vista a su compañero de cuarto, un bonito patinador sobre hielo (igual que el) pero este perteneciente a china. Habían decido irse de fiesta cuando ambos entraron en crisis al estar encerrados con sus pensamientos en la habitación del hotel.

Sonrió grande cuando lo vió entre la pista, quiso dirigirse a el pero se detuvo inmediatamente al verlo colgado del cuello de un chico moreno con un llamativo mohicano morado y músculos grandes, vaya, mínimo se la estaba pasando bien.

Suspiro y volvió a la barra, tropezando con sus molestos botines, a veces sentía que incluso el piso era desconocido, parecía que su terreno era el hielo y los patines. Hizo una señal al chico de las bebidas y este volvió a prepararle otra, sólo supo que era vodka y su vaso se pintaba de colores gracias a lo que el chico le añadía, movió sus hombros sin importancia y bebió el contenido de a poco.

Estaba rico, pero era fuerte.

Volvió a mirar a su amigo e intentando evitar el mareo, se recargo en la barra para no caer. Fue cuando un chico se dirigió a el.

Era rubio y de ojos ¿verdes? No podía ver bien por las luces.

— ¿Conoces al chico de cabellera larga? ¿También te dejaron a un lado? — bromeó sonriendo.

— Sí... — contestó cortamente, demasiado entretenido en observar las bonitas facciones del rubio.

—¿Hablas inglés? — volvió a preguntar, creyendo que no, por la corta respuesta.

— Sí, sólo no sé qué responder... y tampoco un ingles muy bueno que digamos. — dijo antes de volver a su bebida mientras sonreía.

— Entiendo. ¿Es tu amigo? — preguntó señalando a los chicos que se besaban apasionadamente mientras bailaban.

— Sí... no... es mi compañero de cuarto, pero me dejó solo. ¿Por qué? ¿Lo conoces? — no entendía porqué el hombre guapo delante de el preguntaba tanto por su compañero.

— Para nada, mi amigo es con quien se besa, igual me dejó. — respondió sonriente. — Aslan Callenreese, un placer. — saludó cortésmente al bonito asiático delante suyo.

— Okumura Eiji, un gusto. — devolvió el saludo con una sonrisa, ambos rieron cuando le dió la mano equivocada, ya que con la derecha sostenía su trago.

— ¿Quieres bailar? Digo, ellos se ven ocupados, dudo que vuelvan con nosotros. — extendió su mano hacia el ¿nipón? Su apellido era japonés, no?

— Claro, no tengo nada mejor qué hacer. Bailemos un rato. — aceptó inmediatamente dando su mano, terminó su trago antes de ir con el más alto, intentando no tropezar.

No sabía como había llegado a ese punto, no le desagradaba en lo más mínimo más era algo peculiar estar bailando de esa forma con un desconocido. Sonrió cuando este le tomó de la cintura y lo pego a su cuerpo, podía jurar que sentía sus camisas rozar ante el movimiento de sus bailes.

Se abrazo al hombro del rubio y siguió sus pasos como pudo, era buen bailarín, podía sentirlo en la forma experta que se movía.

Las luces brillaban ante el cabello claro de este, al igual que en su chaqueta de cuero negra. Podía sentir la ligera colonia masculina que el cuello del rubio desprendía, le gustaba. Sonrió cuando sintió las manos ajenas pasearse por su cintura.

𝐀𝐬𝐡𝐄𝐢𝐣𝐢 - N̶o̶t̶ ~𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝙴𝚇~Where stories live. Discover now