✨Cabello✨

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El rubio apenas lograba acostumbrarse al cabello largo del japonés. Así lo decidió el mismo, quería dejarlo creer para ver cómo se le veía, en Japón un cabello hermoso y largo era signo de belleza. Aunque le repitió que el ya era perfectamente hermoso con el cabello corto el quería dejarlo así.

En tan solo un año creció bastante, llegaba a sus hombros, a veces lo tomaba en una coleta baja, lucía tan tierno y aún más dulce que antes.

Ese día estaban bastante tranquilos, el pelinegro descansaba en el sillón aparentemente dormido desde hace dos horas. El leía un libro y hacía anotaciones, aunque su vista se canso y decidido levantar a estirarse.

No aguanto la tentación y fue a besarlo, no lo culpen, el nipón con gesto relajado, lentes sin quitar y cabello largo era demasiada belleza y no puedo soportarlo.

Se arrodilló en el piso, lo miro tan hermoso y no pudo. Simplemente no pudo, se iba a levantar para huir, pero una mano en su camisa lo paro en seco jalandolo a regresar a la misma posición.

El de mirada avellana lo jalo y acercó demasiado sus rostros.

– ¿No venías a algo? – pregunté con tono sugestivo.

– ¿No estabas dormido? – devolví la pregunta.

– No, una mirada me levanto desde hace unos minutos. ¿De quién era mirada? ¿Lo conoces? – insistió.

– No creo... – respondió evasivo.

– Mmm... ¿Entonces no quieres esto? – acercó al rubio y beso profundo disfrutando ese sabor tan característico y conocido de su boca.

Extendieron el beso, incluso las manos pálidas comenzaron a acariciar los muslos, los jadeos subían de intensidad y ninguno estaba dispuesto a detenerse. ¿Qué más daba?

Se pega al nipón lo más que puede y restriega sus erecciones, mira al rostro directamente y adora el nuevo look de su Eiji. El cabello largo lo hace ver más tierno de lo habitual.

Quita el pans junto a los boxers y los arrojado donde sea, también quita su pantalón, a la mierda todo, quiere cogerse a su bonito esposo en la sala.

Ayuda a quitar la camisa del hombre frente a él y este ayuda con la suya. Ya desnudos siguen besándose desesperadamente, parece que quieren comerse y no están muy alejados de hacerlo.

El pelinegro lo sienta en el sillón y se sube encima suyo haciendo que sus penes duros rocen entre ellos, él sabe que adora aquello. Hace su cabello hacia un lado y sigue moviéndose, adora cuando hace eso, luce tan sexy.

Derrepente están besando y con sus dedos dilata la entrada del hombre que lo monta. Aprieta los glúteos, firmes y esponjosos, como le gustan. Escucha lo gemidos que cada vez son más descarados. Toma sus lentes y los lanza a la mesita de su lado.

– Métela ya. – pide entre jadeos.

– Hazlo tú. – responde con voz profunda.

Le hace caso de inmediato, pero no de la forma esperada. Baja rápidamente y comienza a chupar su extensión, abre más las piernas disfrutando de la boca calida y húmeda, su excitación sube al verlo así.

Inevitablemente mete su mano entre la cabellera y hace que mueva su boca al ritmo que el quiere, agarra los cabellos y los jala a placer, adora el nuevo largo de su cabello. Nota que se despeina por la intrusión, más no le importa mucho, le da una imágen aún más sensual.

Hace que suelte su pene, del mismo agarre hace que regrese y se siente a horcajadas en él. El pelinegro no objeta nada, solamente me mira con intensidad, toma el miembro ahora mucho más mojado y lo acomoda para sentarse en el.

𝐀𝐬𝐡𝐄𝐢𝐣𝐢 - N̶o̶t̶ ~𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝙴𝚇~Where stories live. Discover now