Desde el cielo.

60 3 0
                                    

En un abrir y cerrar de ojos sus alas desaparecieron, sus ojos estaban clavados en los míos, nuestras respiraciones estaban agitadas.

¿Ahora somos novios o algo así?

-Tranquila pequeña Ángel, todavía no, ¿Ya te acostumbraste a hablar en pensamientos?

-Lamentablemente si, ¿Te molesta?

-Para nada.- Daemon se separó de mi y pude ver su espalda, la mayoría de su camisa estaba rota de la parte de atrás, supongo que por sus maravillosas alas.

-Lose.- dijo.

-¿Quieres ir a tu casa por otra camisa?

-Jajaja.- soltó una ruidosa carcajada.

-¿Qué es tan gracioso?.- dije mientras acomodaba la canula, aveces lograba molestarme de verdad.

-Querida Ángel, yo, no tengo casa, pero, al parece debes de regresar, ya es tarde y la Luna a salido.- dijo mientras veía hacia el cielo ya oscuro que se encontraba de un negro potente y el color morado realmente fuerte lo acompañaba, juntos hacían una hermosa pareja, combinaban tan bien.

-¿No tienes casa?, y... ¿Dónde vives?

-Primera, no ignores mi comentario de ir a casa, y segunda, vivo en el cielo, se que esto suena fantasioso y todo eso, pero desgraciadamente esa es la verdad.

-Es fantástico.- dije para mis adentros.

-Sigues ignorando mi comentario sobre volver a casa, Anna.

-Lo siento, regresemos.

Caminamos por la pradera, extendí mi mano para que tocarán las hierbas altas que alcanzaban mi mano, conforme tocaba las hierbas soltaban un aroma hermoso, un aroma tranquilizante. Tuve una sensación hermosa en mi mano, algo frío, realmente frío, él había tomado mi mano, gire mi cabeza hacía él, no me veía, veía hacia adelante, después vi nuestras manos unidas, estaban entrelazadas, se veían perfectas unidas.

Y dices que no somos novios...

-No, no lo somos.- dijo con un tono sumamente frío.

-¿Qué pasa?.- me atreví a preguntar.

-Sólo, que, creo que hice mal al enseñarte todo esto.

-¿El Prado?, para nada, es lindo.

Giró su cabeza y me vio confundido, me encogi de hombros.

-Sólo una broma.

-Bien, sabes que me refiero a las alas, a decirte que era un ángel, que te amaba.

-¿En verdad crees que estuvo mal?, para nada.

-Anna, no lo digo por ti, si no por mi.

-Ah, no, no me salgas con la tontería de "No eres tu, soy yo".- dije haciendo una voz terriblemente fea.

-No, no eso es sólo que, no se cual será mi castigo.

-¿Tendrás castigo por amarme?

-Tendré castigo por adorarte.

-¿Cuál?

-Ya te eh dicho que no lo se.

-¿Crees que sea malo?

-Prefiero eso a que me destierren de la tierra y no volver a ver tu hermoso rostro.

Aquello fue tan lindo. Para entonces ya estábamos enseguida del auto, me abrió la puerta y entre, tome el tanque lo acomode entre mis pies. Después él rodeó el carro y subió en el lado del copiloto, me lanzo una rápida mirada tierna y dio marcha a el auto último modelo, bueno, no tanto así.

-Entonces, ¿Prefieres el castigo a dejarme?.- lo dije otra vez, amaba cuando se preocupaba por mi.

-Siempre.

-Siempre.- repetí para mis adentros.

Lágrimas de Ángel.Where stories live. Discover now