La promesa.

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Sus ojos me transmiten seguridad, pero aún así sus palabras me dan miedo.

-GlendaVillegas.

Yo puedo, yo puedo, yo puedo. Vamos, no seas cobarde, sólo se atrevida. Pero, ¡Tengo cáncer! ¿Cómo seré atrevida con este tanque y tubos en mi nariz?, sólo se atrevida.

-¿Daemon?.- soy tan estúpida al hacer esto. ¿Crees que es normal que le hable al cielo?, bueno, Daemon me dijo que él vive en el cielo, así que, creo que es lógico que le hable al cielo. Soy tan estúpida al hacer esto.

-¿Encerio estas haciendo esto, pequeña Ángel?.- se escuchó una voz a mis espaldas. Me gire en mis propios talones.

-Si.- dije apenada. Pues claro que lo iba a estar, eh hablado con el cielo.

-¿Encerio crees que vivo en el cielo?.- dijo burlón.

-Me mentiste.- lo acuse.

-Lo siento, sólo quería ver tu reacción.

-¿Sabías que pasaría esto?

-Pues claro.

-Eres un... Eres un, maldito.

-¿Lo soy?

-Si, lo eres.

-Bien.

-¿Bien?. ¿Porque me mentiste Daemon?, se supone que eres mi ángel, los Ángeles no mienten.

-Tienes razón, pequeña Ángel, a sido una bazofia de mi parte, y lo siento, no sucederá otra vez.

-¿Cómo puedo confiar en ti?

-Yo te diré como.- me beso. Daemon me beso otra vez. Ya extrañaba sus labios clavados en los míos.- ¿Los extrañabas?.- rompió el beso.

-Si, lo hice.

-Bien, eso es una buena señal.

¿Ahora somos novios?

-No, Ángel, no, no puedo.

-¿Porque?

-Tengo miedo.

-¿De que?.- tenía que preguntarlo. Vamos, es un Ángel, ¿A qué le puede tener miedo?

-Tengo miedo a que te des cuenta de que soy en verdad.

-Eres un Ángel, eso lo sé.

-Si. Tengo miedo a que te alejes.

-Nunca lo haré.

-Oh vamos, Anna, déjame terminar.

-Lo siento.

-Bien. Tengo miedo a que te alejes.- hizo una pausa esperando a que interrumpiera de nuevo, no lo hice.- tengo miedo a perderte. Porque de una u otra forma, ya soy tuyo, y no dejaré de serlo, Pequeña Ángel, si me dejas muero, literalmente, eres como mi corazon, pongamos por ejemplo mi corazón, ¿Okey?, bien, si te alejas es como si mi corazón dejará de palpitar, aunque ya no palpita, pero si palpitara eso pasaría.

-Daemon, ¿Tienes miedo a que te deje?, yo tengo miedo a perderte.

-Eso no va a pasar, pequeña Ángel, no voy a dejarte, no lo haré. Y es una promesa.

Y tomó mis manos, las alzó hacia el cielo, y sentí una brisa correr por mis manos, después fuego, agua, y por último tierra. Daemon mantenía sus ojos cerrados, con su cabeza hacía atrás, y yo estaba preocupada. Después de varios minutos el bajo nuestras manos.

-¿Qué fue eso?.- me atreví a preguntar.

-Nuestra promesa.

-¿Eh?

-Así como ustedes, los humanos utilizan el dedo pequeño, mejor conocido como meñique, nosotros los Ángeles, utilizamos a la diosa Trew. Hice una ofrenda, pequeña Ángel.

-Creí que fue una promesa.

-Fue más una ofrenda  que una promesa.

-Bien.

-Daemon, Te amo.

-Si hay una palabra más fuerte que esa la utilizaré para describir lo que siento por ti, pequeña Ángel.

Me ruborize. Daemon me a echo ruborizarme.

Lágrimas de Ángel.Where stories live. Discover now