Capítulo VII

1K 115 21
                                    

Todo está oscuro...

"¡Tomioka-San!"

Shinobu... ¿Por qué? Pensé que éramos felices.

No me dejes... No quiero olvidarte, pero no dejo de recordar tu silueta alejarse.

"Tomioka-San por favor despierta".

Los ojos de Giyuu se abrieron con lentitud y pesadez. Lo primero que escuchó al recuperar sus sentidos era una voz llamándole junto a la visión borrosa de alguien junto a él.

ㅡ¿Shinobu?

ㅡ¡Estás despierto Tomioka-San! Gracias a dios...

ㅡKanao...

¿Cuánto tiempo pasó desde que cayó inconsciente?, ¿un par de horas? Su cuerpo se encontraba gélido, sus labios morados y empapados de un líquido agrio que Kanao virtió en su boca previamente. Su visión finalmente se aclaró, frente a él la pequeña niña con ojos llorosos que aferraba a su pecho, Tomioka se encontraba casi sepultado en la nieve.

ㅡ¿Cómo?, ¿Dónde está Shinobu?

ㅡ¡Lo siento!, No pude llegar antes, si no hubiera sido por los bastones nunca hubiera podido acercarme siquiera, me arrastré el resto del camino, Shinobu-San...

La piel de Kanao se encontraba totalmente rojiza producto de la fría ventisca que golpeaba su rostro y sus lágrimas comenzaban a caer, lágrimas que había estado aguantando en su intento de ser fuerte.

ㅡElla se fue, antes de irse me dio este frasco, Yo... No sabía que era hasta que pasaron un par de horas y me di cuenta que algo iba mal, fue cuando salí y note tu espada semienterrada en la nieve junto a ti... Pensé que estabas muerto cuando logre desenterrarte.

Giyuu se quedó sin palabras. Recapituló todo lo sucedido, Shinobu le había dado un potente somnifero junto al té y le había dado el tónico para contrarrestarlo a Kanao. Ella sabía lo que hacía, sabía que sin importar qué él no permitiría que Douma se la llevara aunque pusiera en riesgo su vida.

Reuniéndo las fuerzas necesarias a duras penas pudo levantarse y con ayuda de Kanao con dificultad lograron volver a la cabaña a refugiarse.

Lo primero que hizo fue encender el fuego para que la pequeña entrara en calor. Kanao por su parte permanecía inmóvil presa de sus pensamientos e intentado entender con su mentalidad infantil que fue lo que había sucedido escondiéndose en el interior de unas tibias mantas que lograban más o menos reconfortarla.

ㅡShinobu-San no volverá... ¿Puedes ir a buscarla? ¡Quizás aún no ha ido muy lejos!

Giyuu escucho aquella súplica pero no contestó, en cambio su mente seguía repitiendo una y otra vez el momento en que Douma se la llevaba.

"Lo siento, Tomioka-San."

De un segundo a otro todo se había ido al infierno. Él sabía mejor que nadie que esto sucedería tarde o temprano pero nunca se sintió preparado, nunca pudo hacerla entrar en razón y eso carcomía su alma, debía ir a buscarla, de eso estaba seguro, ¿Cuánto tiempo le quedaba?

ㅡTomioka-San...

La voz de Kanao lo sacó de sus divagaciones, Kanao... Ella le había pedido que la cuidara pero no era capaz, no podía cuando debía ir a buscarla, pero la pequeña no tenía la culpa y era la que más estaba sufriendo al no saber nada de todo esto y más con su convalecencia a media recuperación.

Ella lo había planeado con tanta frialdad que lo dejaba de manos atadas. De pronto sintió como tiraban de su haori, cuando bajó la mirada vio por un instante el rostro de Shinobu reflejado en el de Kanao quien se aferraba a un pedazo de papel que le ofrecía junto a un rostro lleno de aflicción.

ㅡJunto con el frasco me dejó esto... Yo aun no puedo leer del todo bien así que supuse que no era para mi.

La triste mirada de Giyuu finalmente se relajó, tomó la nota y le dedicó una leve sonrisa a Kanao intentando transmitirle un poco de tranquilidad en esos momentos tan duros.

🔸

Finalmente había conseguido que la pequeña se durmiera. En la soledad de su habitación desdobló con cuidado aquel trozo de papel siendo consciente de que era lo único que Shinobu dejó atrás, dentro de ella encontró una nota escrita junto a una flor seca pero bien conservada identificándola enseguida como aquella flor que le había dado hace unos meses atrás. Tomioka sentándose en el suelo tomó con delicadeza aquella flor que creyó perdida por un tiempo, sin duda ella la había tomado de regreso antes de que se terminará de marchitar.

ㅡShinobu...

"Tomioka-San.

En el momento en que leas esto yo ya no estaré, perdoname por ser una cobarde y no decirte de frente lo que tenía planeado, pero es mejor así.

Aprendí a conocerte cada día un poco más desde que llegaste inevitablemente a mi vida, debo agradecerte por esos buenos momentos que me diste aún sabiendo que mi deuda contigo trascenderá a una próxima vida. No quiero que me busques, quiero que vivas a salvo junto a Kanao, ella te necesitará como un hermano mayor, el hermano que no pude ser para ella. Si hubiera sido un poco más fuerte hubiera tenido la valentía de vivir junto a ustedes, ver a Kanao crecer, reconstruir el que fue mi hogar y sobre todo seguir caminando a tu lado, pero necesito librar mis propias batallas si quiero darle un final a ese hombre... Por Kanae, por cualquiera que hubiera perecido en sus manos.

No quiero que pienses que me sacrifico en vano, quizás siempre estuvo en mi destino que él se cruzara inevitablemente en mi vida al igual que tú, pero seré yo quien decida de ahora en adelante esperando que puedas perdonarme.

Se feliz y ten una larga vida sin arrepentimientos, estaré rezando por eso.

Shinobu."

La carta de pronto comenzó a humedecerse producto de las lágrimas que Giyuu derramaba sobre ella. Le dolía, se lamentaba de no interponerse más sobre sus decisiones, de no tomarla en sus brazos, de no decirle cuanto la apreciaba, ahora era demasiado tarde. Ella ya no estaba. Pero de algo estaba seguro... Douma no la mataría, la mentalidad de ese hombre podría estar más que retorcida pero si esperó tanto tiempo por Shinobu es porque su obsesión por poseerla era la misma que la de Shinobu por matarlo, así que aún había tiempo antes del final de todo esto, aún podía hacer algo.

ㅡEsperame, Shinobu...

Obsesión - [El aroma de la muerte]Where stories live. Discover now