CAP 15 "LETZTES WORT"

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Adrik Marcovick:

Muevo mis muñecas y me acerco cautelosamente, analizo cada situación con calma, pero esto ya rebaso el límite.

Si bien Amaranta Smirnova tiene la culpa de lo que sucede, nada cambia el hecho de que si este sujeto no existiera nada hubiese ocurrido.

Desvió la mirada hacia el otro hombre, el cual es más joven.

—Niki Ortiz. —paso la lengua por mis dientes. —Eres un simple niñato que quiere la atención de los demás, subiste de seguidores en tan solo un día.

Él se remueve e intenta zafarse de la cuerda, sonrió ante su inocencia. Fijo la mirada en Alonso Santoro, el tipo que salió muy rudo y tenaz ante la entrevista.

¿Dónde esta aquel idiota que hablaba sandeces en cámara?

Exacto, no hay ni una pizca de ello.

El niñato quería publicidad y se le dio bien por besar a Renata, consiguió alrededor de cincuenta mil seguidores en su red social. Es el menor de mis problemas, pero quiero darle una lección.

Al que le tengo unas ganas de estrellar mi puño en su mejilla es a Alonso Santoro. Que de santo no tiene nada.

Farik me pasa el puño de acero y lo deslizo entre mis dedos. Su miedo se ve reflejado en sus ojos, empujo la silla de Niki con fuerza.

—Así que Amaranta te contrató, tan fácil eres que pudiste vender por un millón de dólares. Yo que tú, hubiese pedido diez millones de dólares. —sonrió ante eso como un lunático, esta claro que no ha captado la idea.

Saco la mordaza de su boca, empieza a gritar incoherencias y su respiración es irregular. Lo único que es más perceptible de todo ese balbuceo es "llamaré a mamá y ella de inmediato irá a la policía"

Llevo mis dedos a mi entrecejo y muevo la cabeza. No cabe de que este sujeto es el chiste en persona.

Su mamá no está metida en estos asuntos, ella no le dijo que recibiera dinero a costa de hablar sobre la privacidad e intimidad que compartió con Renata.

—¿Acostumbras siempre ha llamar a mamá, cuando estás en líos? —jalo su cabello con fuerza hacia atrás y sus ojos se llenan de lágrimas.

Los llorones, son los peores. Victimización y manipulación en la primera instancia. Ahora solo queda esperar que se desmaye y finja estar muerto.

—¿Acaso no pensaste bien la situación? —mi puño aterriza en su mandíbula con tal fuerza que termina desorientándolo. Y eso que solo es el primer golpe.

Niki Ortiz aun sigue en el piso, este no emite quejidos y lloriqueos como el cabrón que tengo detrás, desmayado con un solo golpe.

—Niñato, yo no advierto dos veces. Porque la segunda vez que lo hago, las cosas se tornan un poco más oscuras. ¿Me entiendes?

Él asiente con temor.

—Borrarás la maldita cuenta que figura con el nombre de Renata Adagny, ella no posee redes sociales y no publicaría fotos contigo. Además, su color de cabello es marrón, no negro. —me refiero a la cuenta falsa.

Renata ni siquiera fue a un parque en los últimos días, porque entrenaba conmigo. Y además ella no frecuenta mucho esos lugares.

Niki Ortiz intenta hablar, pero solo puedo escuchar sus balbuceos y lloriqueos.

Ya se puso sentimental el idiota y ni siquiera lo he golpeado.

—Cierra la boca, idiota. —lo apunto y este palidece.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora