CAP 39 "PRIZ"

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Nueve meses pasó y entre esos lapsos de tiempo hay recuerdos que son divertidos, alegres y tristes. Hay cinco momentos que más están marcando mis pensamientos y retumbando con fuerza.

Empecemos por el primer momento divertido que está en mis recuerdos y tuvo un final inesperado que me provoca un calor intenso en mis mejillas. Así que regresemos al día libre de Adrik.

Ese día pobre nuevas sensaciones y goce del momento.

Contemos los detalles, porque realmente son necesarios.


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Nueve meses antes:

» Sentarse en las piernas de Adrik y deslizar mis dedos por sus tatuajes, desde hoy se ha tornado mi adicción favorita.

Él desciende su dedo por mi cuello e intenta seguir bajando, sin embargo, lo detengo y niego.

—Vamos al centro comercial. —digo y trato de ponerme de pie, pero Adrik me sujeta del brazo.

—Nunca te he visto en faceta de flojo. —Cruzo mis brazos y lo apoyo en mi pecho.

Ver la sonrisa ladina de Adrik, me confirman que no tiene pereza. Lo golpeo en el brazo y sonrío.

—Me temo que no tendremos sexo si no vamos al centro comercial. —contesto y pongo un gesto neutral, rodeado de la seriedad, sin embargo, ver su maldita sonrisa es demasiado contagiosa.

Lo golpeo en su abdomen y este se contrae de dolor. Me siento al borde de la cama y paso mis manos por su cabello.

—Te juro que no fue apropósito.

Adrik me observa con el ceño fruncido y una mueca de dolor.

—No quiero imaginarme como es el golpe que das cuando lo haces apropósito. —dice de manera entrecortada.

Bajo de la cama y me pongo de cuclillas.

—Lo siento de verdad. Pero si vamos al centro comercial y compramos muchos bocaditos, puede que al final recibas tu premio, solo si me llevas.

—¿Qué premio?

—Un beso.

Adrik dibuja una sonrisa y se encoge de hombros.

—¡Wow! Realmente creo que ya me siento mejor. La flojera se ha disipado y ya no está en mi sistema. —Se pone de pie e intenta atraparme, pero no lo logra ya que retrocedo.

Miro hacia abajo y veo a mi gato, lo cojo en brazos.

—Tom, ¡Eres una cosita! —Miro a mi gato y siento la necesidad de querer abrazarlo por lo tierno que es. Toco su pequeña nariz en forma de corazón y le doy un ligero beso.

Cuando Adrik tose puedo darme cuenta de que aun sigo en su habitación.

—Realmente puedes repartir muchos besos. —dice Adrik y desvía su mirada al reloj de mano que esta sobre la mesa.

Alzo a Tom y sonrío.

—¡Es una ternurita! ¡Es muy bonito! —Tom se queda tranquilo en mis brazos.

—Nunca te había escuchado hablar de esa manera. El gato hace que salga a relucir tu lado más secreto y cariñoso.

Niego.

—Me gustan los gatos, pero me encanta más Tom, pero también me gustas tú.

—Bueno. —contesta Adrik.

Inmarcesible Destino [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora