Mascaras

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Fui hasta mi casa sin mirar atrás pero sentí como la puerta de Dareck se abría sin que el saliese del auto, era como si dudara en hacer algo, pasados unos minutos, la puerta se cerró y él se marchó a toda velocidad.

Alaia me esperaba en la escalera, nos quedamos mirando a los ojos

-Lo siento-Dije sin mirarla a los ojos

-Tu madre no sabe nada, está durmiendo yo no he hecho ruido, deberías subir y decirle que ya hemos llegado.

Subimos arriba y mi madre se despertó de seguida al escuchar nuestros pasos junto a su habitacion

-Daiana, Alaia, ¿Sois ustedes?

-Si mama estamos aquí, estamos bien

-Daiana, ¿Ha pasado algo?

-No, mama que iba a pasar

-Es que antes recibí la llamada del taxista que quedo en recogeros, decía que se había olvidado del sitio fue muy extraño-Dijo mi madre poniendo una mano en su cabeza

-Ya…-Dije descubriendo así como había averiguado Dareck mi paradero-Estamos bien mama, nos vamos a dormir ya, descansa

Le di un beso y me dirigí a mi habitación donde me esperaba Alaia con el pijama puesto y una cara de cabreo

-¿Cuantas veces voy a tener que pedirte perdón?

-No sabes lo mal que lo he pasado, pensé que ese tío te descuartizaría y tiraría tus restos en el bosque

-Dios, tienes una mente macabra-Dije sonriendo ante la exageración de sus palabras, notaba la leve embriagadez de su cuerpo al hablar

-Daiana, ¿Por qué te fuiste con él?

-No lo sé… yo solo quería que las cosas no empeoraran

-Daiana, siento decirte que estas pillada por ese…ese…bombón cubierto de chocolate y relleno de crema, ¿y sabes por qué lo se?

-¿Por qué?-Dije llorando de la risa por su comentario, seguro que de otra mujer me hubiese molestado pero tenía tanta confianza en Alaia que era imposible que dudase de ella

-Porque mientras yo estaba desesperada, preocupada, comportándome como una loca detrás de tu Dareck para que te soltase, tú estabas embelesada mirando sus ojos 

-Alaia estas borracha no digas estupideces…admito que Dareck es atractivo pero yo no lo quiero, no puedo quererlo…casi todas las cosas que he vivido con él han estado regidas por el miedo y frustración.

-Tu boca puede decir lo que quieras, pero tus ojos no mienten al brillar cuando pronuncias su nombre o piensas en él.

Esa noche casi no pude dormir, cerraba los ojos y recordaba lo sucedido en el coche, después de desaparecer el alcohol en mi cuerpo lo sucedido me parecía aun peor, el placer era el mismo o incluso más pero la vergüenza que sentía al imaginarlo hacia que me fuese imposible coger el sueño. Dareck había sido tan…sensual, jamás pensé que fuese así, ¿Se lo habría hecho a más chicas? La idea me fatigaba y enfurecía. Después de llegar al éxtasis aunque al principio me había dado miedo volver a hacerlo con él había tenido la necesidad de complacerle, sabía que él no había tenido liberación y que eso a los hombres les dolía pero eso no era todo, también era porque quería hacerle sentir tanto placer como el que me daba el a mí, aunque eso fuese imposible…Unas ganas locas de escaparme hasta su cuarto me invadieron ¿Qué pensaría al verme? ¿Y si había buscado a una mujer para desahogarse? Pensar eso me dolía. Las ideas en mi mente estaban desorganizadas por un lado Dareck era el único hombre que me atraía y al que deseaba a todas horas ahora más que nunca, era como si mi libido aumentara por segundos, sentía un dolor de anhelo y vacio en mi intimidad y solo pensar en el me aliviaba, y por otro lado odiaba su posesividad conmigo y me seguía doliendo lo que me había hecho. A todo lo bueno también se le añadía el cambio que había dado y no por lo que me hizo en el coche sino pues aunque me costara reconocerlo notaba el esfuerzo que hacia al controlarse y también note la sinceridad de sus palabras cuando me pidió perdón en el coche. Empecé a sentir miedo y ya no de Dareck si no de mí, de mi deseo por él, tenía miedo de ver las cosas buenas de el pues me hacían desearlo aún más y yo no quería estar con él, no podía estarlo, temía darle mi confianza o llegar a enamorarme de el pues sabía que acabaría haciéndome daño y eso me destrozaría…

My dominant wolfWhere stories live. Discover now